Desde que publicó su obra maestra "The Unborn Capitalist From Limbo" en noviembre de 2016, en un par de años Cory Hanson ha lanzado un álbum ("Plum") y un EP ("Perfume") con su banda Wand, ambos formidables. Ahora, el cantante y guitarrista retoma el prolífico ritmo de los inicios del grupo (en su primer año lanzaron tres discos, "Ganglion Reef, Golem" y "1000 Days") para entregarnos "Laughing Matter", otra de esas joyas que sitúan este proyecto junto a otros como White Denim, Thee Oh Sees, White Fence o Ty Segall, en esa vanguardia que hace que el rock siga moviéndose y avanzando en Estados Unidos.
Otro habitual de la escena, Mikal Cronin (con quien Hanson colaboró antes de tocar en Together Pangea y Meatbodies, para después formar Wand), avisó hace ya casi un lustro de que su colega había montado “la nueva mejor banda del mundo”. Y, bueno, quizá sonase exagerado en el momento, pero ahora empieza a tornarse profético. La evolución del grupo, desde un colectivo de fuzz burro con matices originales, hasta los magos de la heterodoxia rock que son ahora, está resultando fascinante. Pueden moldear hits garageros de formas insospechadas, plantear viajes desde el folk hacia al futurismo retorciendo instrumentos y jugando con pianos atmosféricos, en una épica contenida y nada bombástica donde Cory suena como un cantor celestial.
Polimórficos, tan sensibles como abrasadores, tan directos como angulosos, Sofia Arreguin (voz y teclados), Robert Cody (guitarra), Lee Landey (bajo) y Evan Burrows (batería) han generado un universo particular junto a Hanson en el que la improvisación se confunde con la composición concienzuda. Exuberante, ocurrente, profundo y penetrante, "Laughing Matter" es una maravillosa obra sobre el amor en tiempos de terror, capaz de hacer que te levantes una vez más y sigas peleando por mantenerte despierto, atento, dispuesto a disfrutar de nuevo.
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