No One Was Driving The Car

Esta vuelta discográfica de La Dispute, seis años después de su comentado disco “Panorama” (19) pone al grupo de post-hardcore en un espacio particular. “No One Was Driving The Car” es un trabajo de valor para los aficionados al género, pero lo es aún más para quienes conozcan la personalidad e idiosincrasia de su cantante y letrista Jordan Dreyer.

Aunque a esta altura parezca cliché, la inspiración que Dreyer encontró para darle forma al concepto de este disco –porque sí, de algún modo, es un disco conceptual– tiene que ver con el uso actual de la tecnología y cómo el ser humano la endiosa con nulo cuestionamiento. De hecho, el título del disco hace referencia al informe que un oficial de policía hacía al reportar un accidente perpetrado por un coche Tesla; “nadie estaba conduciendo el coche” grafica a la perfección lo absurdo y terrorífico del devenir de la relación entre los humanos y la tecnología.

Va quedando claro que el disco tiene un tono dramático y de alarma constante y más allá de excepciones como las acústicas e introspectivas “Self Portrait Backwards” y “Saturation Driver” es una obra desafiante a nivel sonoro y lírico.

Es interesante como el grupo logra enmarcar la catarsis de su vocalista en un sonido ambiental a su modo –dinámico y agresivo, pero encuadrado en músicas que favorecen lo testimonial– y en el que se aprecia un logrado trabajo de interacción entre guitarra, bajo y batería.

Con pasajes de gritos desgarrados y otros de spoken word, Dreyer es el faro de este trabajo, grabado entre Australia, Reino Unido, Estados Unidos y Filipinas. Sus cosmovisiones se aplican a temáticas variadas y son interesantes sus reflexiones sobre la crisis de la mitad de la vida en y en cómo mirar atrás aplicando experiencias a futuro.

A pesar del tiempo transcurrido entre “Panorama” y este disco y, tras mantener el fuego encendido con giras festejadas en varias zonas del mundo, “No One Was Driving The Car” no decepcionará a los seguidores de la banda; el caråcter noir y amargo de su espíritu hace aún más concisa la propuesta de una banda que plantea preguntas de lo más profundas, aún cuando sean realmente incómodas.