fuera de lugar

La historia de la joven Kora es la de una supuesta oveja negra en medio de un contexto hostil durante su adolescencia. La catalana presenta su álbum debut con el título que mejor resume esta idea y que, sin ni siquiera darle al play, ya te habla por sí mismo: “fuera de lugar”. Once temas son los que componen esta carta de presentación de Kora al mundo, un acto de generosidad y vulnerabilidad a partes iguales con su público. Porque la forma de componer de Kora es cruda y transparente, consiguiendo hacer lo más difícil: convertir en universal una vida cotidiana habitada en las carnes de una sola persona.

Del bedroom pop pasa al blues de una manera tan orgánica que ni te das cuenta de que por el camino también hay coletazos de jazz o bossa nova. Kora ha compuesto y grabado “fuera de lugar” desde su centro: su casa. El confinamiento y la pandemia han puesto de relieve la eficacia a la hora de grabarse en tu propio estudio casero, sin necesidad de tener todos los medios del mundo. Esa energía transmite este primer disco de Kora, como las cosas que se cocinan a fuego lento y desde la quietud. La propia imagen que ilustra la portada del trabajo fue tomada por su padre en el verano de 2005. Al final, todo queda en casa.

En cuanto a las influencias de Kora en este disco, encontramos una mezcla muy rica y a la vez inusual. En “no me quiero levantar”, la artista parece acercarse a mori desde la intimidad de una guitarra; “uuu” podría estar firmada por los propios Big Thief; “elixir” comparte mucho ADN con lo que últimamente está haciendo la también emergente Judeline… Y así sucesivamente. Temas frescos que se envuelven de su propia atmósfera sonora para poner banda sonora a una tarde tranquila de domingo.

La nota de prensa que acompaña este lanzamiento apunta que, con este disco, “Kora retrata sentimientos y frustraciones de su vida hasta el día de hoy o, dicho de otra manera, habla de todo aquello que la ha hecho ser ella”. No sabemos si en unos años la propia Kora se verá reflejada o no en estas once preciosas canciones en las que, por poner una pega, a veces se añora cierta luminosidad. Pero lo que sí es un hecho es que se trata de un primer acercamiento muy honesto que ya sitúa a Kora donde tiene que estar: como una compositora a respetar y, por supuesto, a no perderle la pista.