Buenos tiempos
DiscosJuaninacka

Buenos tiempos

8 / 10
Daniel Caballero — 14-07-2025
Empresa — Ruanda Records
Género — Rap

Es simple: el rap español no puede entenderse sin Juaninacka, que fue una brújula en los primeros pasos del género en nuestro idioma a finales de los años 90, convirtiéndose en un manual de estilo sobre cómo y sobre qué rapear para multitud de generaciones. Junto a la fiebre de los grupos como Solo Los Solo, CPV, Violadores del Verso, 7 Notas 7 Colores, SFDK o Hablando en Plata, Juani avivó la candela con el magistral debut -y único disco- “En Pie de Vuelo" de su grupo La Alta Escuela, formado por DJ Randy, Juanma y un tal Toteking, quien ha reconocido abiertamente en multitud de entrevistas que Juani ha sido un mentor para él. Después de alcanzar algunos picos de popularidad con álbumes clásicos como “Caleidoscopio” (2004), “Luces de Neón” (2006) o “Curso Básico de Poesía” (2014) y tras alejarse hace algunos años de la industria y sus ritmos productivos, regresa ahora bajo el refinado paraguas del sello andaluz Ruanda Records con un álbum titulado “Buenos Tiempos” y producido íntegramente por el cordobés Ciclo.

El proyecto se apoya en dos vigas maestras: una, la música negra que copa e inunda la producción del trabajo con ricas influencias tostadas de jazz fusión, neo-soul y funk; dos, la temática desde la atalaya de madurez de Juaninacka que aporta una radiografía humanista y crítica de estos tiempos raros banales e individualistas, y donde se lee entre líneas un discurso que en esencia apela a la dignidad de la persona y la belleza del arte.

“El secreto de ser longevo es dar el doble teniendo la mitad de ego” rapea en el corte inaugural “Venganza”. Y es que el álbum arranca triunfal, con un piano que va adornando sus palabras desnudas de bombo y caja para terminar en una bellísima progresión de violines arreglados por Jack Nelson que eleva la organicidad del álbum y su eco artístico. Es hermoso. Siguiendo con “Cosas Nuevas”, que contrasta con la solemnidad del anterior en una canción de aroma más sobrio y liderada por el minimalismo de 3-4 notas de teclado con pequeños efectos que vas rasgando una atmósfera donde ya empieza a aparecer el bombo y la caja aunque de forma discreta.

El fuerte de Ciclo es la creación de atmósferas, es una especie de alquimista del ambiente, como en “Máscaras”, con aroma a una copla glitcheada donde se mezcla el jazz del saxo con el artista sevillano tirando de cruda acidez “Nadie pelea por el mando / ya hay pantallas para todos”. O en “Buenos Tiempos” -canción homónima del disco- con tintineos funky y punteos de guitarra, para dar paso a “Valor Es” en un electro-rap destilado con el talkbox del madrileño Sholo Truth, donde el sevillano deja una de las mejores frases del disco, “No digo que tener dinero esté mal / porque tenerlo o no tenerlo es una cuestión vital / estoy diciendo si le damos su valor real / porque hay tantos que tienen tanto y viven tan mal”.

De nuevo, una amplia gama de matices tuestan continuamente el álbum de música negra, recordemos, de ahí proviene el género que tanto amamos, es conveniente tenerlo siempre presente por una cuestión de respeto, aunque la mercadotecnia y las industrias busquen desproveerlo de su razón de ser, como ya han hecho con otras tantas cosas.

“Doble o Nada” está ricamente dividida en dos partes, la primera con peso absoluto en el instrumento de viento, y la segunda donde surge la cepa más marcada de bombo y caja, rapeando “¿Que qué me mueve? pues estar en medio como el jueves / y supongo que también lo bueno pero no lo breve”, por esta línea discursiva continúa en “Nubes” y señalando a los males digitales: “Me guío por un principio / entrar al ritmo y alimentar el alma / no el algoritmo”. No son predominantes durante el álbum el bombo y la caja, aquí el peso va volcado al marco melódico en vez de la contundencia de bombos y cajas, quizás porque todo lo que él dice ya lo es suficientemente de serie.

“Por definirme / yo diría que represento a los que visitan medio mundo y no pierden su acento”, suelta en “Larga Vida al Rey” y de “Arriba” se extrae que a pesar de la crítica a aspectos de la sociedad actual hay amor por la vida, Juani es un vitalista pese a todo. Alguien con las espaldas muy anchas en esto; alguien que se siente orgulloso con lo conseguido cuando echa la vista atrás; un hombre feliz; desposeído de la presión de la lógica mercantil; un hombre, en definitiva, satisfecho, como expresa en “Cosas Nuevas” y como se ve en la imagen de la portada: “No hago el signo de la paz / es la ‘V’ de Victoria”.

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