A Rufus Wainwright siempre le ha gustado combinar entregas relativamente pop con otras que se adentran en la ópera o en el american songbook. Trabajos de cierta viabilidad comercial, como pudiera ser el caso de "Rufus Wainwright" (1998), "Poses" (2001), "Want Two" (2004), "Release The Stars" (2007), "Out of the Game" (2012), "Unfollow The Rules" (2020) o "Folkocrazy" (2023), con otros pensados para morros incluso más finos, cercanos a eso que hasta hace poco llamaban alta cultura, como "Rufus Does Judy at the Carnegie Hall" (2007), la adaptación de varios sonetos de "Shakespeare en All Days Are Nights: Songs for Lulu" (2010), la ópera en formato de álbum doble "Prima Donna" (2015) o la más reciente adaptación del texto de Lord Byron, "Dream Requiem" (2025). Un poco como lo que hacen Clint Eastwood o Woody Allen cuando alternan películas de cierta hechura blockbuster con otras más del palo de lo que se entendía por arte y ensayo.
Esta revisión de composiciones de Kurt Weill se adscribe, lógicamente, a la segunda categoría. Registrado en mayo de 2023 en el Café Carlyle de Nueva York, se trata de una grabación que aquí se concreta en dieciséis cortes, junto a la Pacific Jazz Orchestra, que rinden tributo a uno de los más esenciales y reivindicados músicos del periodo de entreguerras, con su singular fusión de elementos del jazz, del cabaret o de la clásica. La materia prima dice tanto de su autor como de quien la versiona, porque el canadiense también es un músico atemporal, versátil (se luce incluso en alemán al principio de “Mack The Knife”), elegantísimo y exquisito hasta decir basta, haga lo que haga, y aquí no solo recrea, sino que revive un cancionero inmortal, logrando que transpire con energía renovada. Quizá también en parte porque, en esencia, sus textos y su ánimo remiten a una era turbulenta que no nos es tan ajena ahora mismo, pese a lo que la lejanía en el tiempo pudiera indicar. ç
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