Cuarenta años ya de Corcobado, tiempo más que suficiente para poder celebrar dicho aniversario con un trabajo como “Solitud y Soledad”.
Dividido en dos bloques, la parte que más nos interesa de este trabajo es el correspondiente a “Solitud”. Compuesta por una decena de canciones nuevas, a lo largo de su recorrido nos adentramos en las diferentes caras de un artista a contracorriente capaz de devolver a la vida el espíritu de Golpes Bajos en “Ansiedad del tiempo”, empaparse de synth pop pseudo E.B.M. como en “Devorar la vida” o de mostrar en “Qué maravilla sería” cómo de importante ha sido a la hora de influenciar a songwriters como Nacho Vegas. Precisamente, el asturiano es uno de los invitados en la segunda parte, titulada “Soledad”. La misma en la que Corcobado se gusta versionando diez singles propios que definen su trayectoria. En dicha selección, también participan figuras como Alaska, Jorge Martí de La Habitación Roja, Marc de Dorian e incluso Andrés Calamaro. Precisamente, con este último, se marca una remozado de “Susurro” que suena como un cruce imposible entre los tristemente olvidados Paperhouse y Gabinete Caligari.
La aparición de Alaska es una de las más interesantes de todo el disco a través de “Dame un beso de cianuro”, donde pasamos de una tensión en slow-motion de tipo Siouxsie & The Banshess a una catarsis noise de altos vuelos. Curiosamente, con quien mejor casa la fórmula corcobada es con un Jorge Martí (La Habitación Roja) que contrasta al dedillo con la tempestad solemne invocada por Javier en “La libertad (es la cárcel más grande de todas las cárceles)”.
Dicho todo esto, no queda más que aplaudir este doble trago de novedad y plan renove articulado en torno a uno de los cancioneros más intensos que ha dado nuestro rock, con el permiso de los siempre reivindicables 713avo Amor. En definitiva, lo que, finalmente, viene a ser “Solitud y Soledad” es una puerta de entrada ideal para todo ser necesitado de canciones que le remuevan desde la tempestad timoneada por un ser único e imprescindible para entender todos los rincones oscuros de nuestra fauna pop.
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