Lo habitual es que una banda nacida entre amigos acabe separándose con el tiempo, cuando cada uno busca su propio camino. En Chiquita Movida sucede justo lo contrario. Tras despedirse de su carrera en solitario en 2023, Rayden regresa dos años después dando un paso al lado: deja de ser el centro del foco para integrarse como uno más.
Y eso se nota, porque Chiquita Movida tiene poco que ver con la música del alcalaíno, más allá de su voz reconocible. Aquí comparte protagonismo con Mediyama y Skiz Siete, arropados por Babe (guitarra, secuencias y teclados), Johnny (bajo) y Jona (guitarra), varios de sus compañeros de escenario de los últimos años.
Una amplia formación que debuta con “Gastos de gestión” (Calaverita Records, 2025), un EP donde apuestan por un pop rock de guitarras que marca el inicio de esta nueva etapa. Dentro de él nos encontramos con cuatro canciones con las que el grupo busca presentar el universo musical que ha estado moldeando los últimos meses.
La primera pieza, homónima al título del EP, rebosa energía desde los primeros segundos. Un tema que habla sobre venirse arriba y disfrutar de la vida, aunque hacia el final introduce una crítica a la industria musical y a la propia existencia, rematada con ese claim – “si la vida está tan cara que de entrada vale un riñón, ¿por qué no la llamamos gastos de gestión?” – que, una vez se te mete en la cabeza, resulta imposible dejar de corear.
Prosiguen con “Ojos superocho”, el tema con el que se presentaron al mundo, donde las tres voces se entrelazan con más naturalidad y las guitarras se adueñan del protagonismo. Es una pista que arrastra hacia adelante, buscando dejar atrás a esos pasados que siempre regresan, golpeándolos sin piedad a base de guitarrazos.
El tramo final del EP se mueve por terrenos distintos. “La nueva ilusión de” es una queja hacia las modas y lo rápido que pasan, la canción más lenta del trabajo, con un toque más soul que se aleja del pop-rock de sus antecesoras. Por su parte, “Fotomatón para bodas fallidas” vira hacia un electropop retro que te invita a bailar desde el primer puente, aunque trate sobre una ruptura en el momento más álgido de la relación. Para rematar, se permiten la licencia de cerrar con un final humorístico, dejándote con una sonrisa inesperada.
Vaya, una Chiquita Movida llena de guitarras, con letras que requieren varias escuchas para captar todos sus matices, grandes voces y, sobre todo, pura música.
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