El segundo álbum en un año de Twin Shadow surge de la necesidad de pasar página y llevar la tristeza, vulnerabilidad e inestabilidad que se quedó anclada en “Georgie” (Dom Recs/Cheree Cheree,25) a un presente mucho más bailable y luminoso. De esta forma, el músico fuerza con “Cadet” una despersonalización y reinterpretación de los mismos temas que gestaron el primero; para saltar la intimidad y que estos adquieran una mayor autonomía, que no queden atascados en la melancolía y el recuerdo.
Se desprende así de la visión conceptual de “Georgie”, el cual conocimos en marzo de este mismo año, que dedicó a la pérdida de su padre en 2024. Y de un trabajo crudo que le sirvió al músico como terapia para lograr renovar las pilas. Para ahora cambiar las piezas del puzzle y empujar las canciones a una dimensión muy diferente buscando que se redefinan en su memoria como artista. Al igual que “Georgie” se apoyaba en el minimalismo a favor del discurso que generaban sus letras. “Cadet” busca más jugar con el material ya conocido, destruir, mezclar, saltar y propiciar el cambio que siempre quiso lograr. Ya que el propio músico explicó que esta secuela del proyecto madre estuvo planteada desde el origen de “Georgie”. Además, al igual que la creación del primero le llevó años. Este último se ha realizado prácticamente en dos meses tratando de atrapar la máxima inmediatez posible de su proceso.
Viendo lo cómodo que se siente el propio Twin Shadow quedándose estancado en una nostalgia eterna, sin necesidad de innovar o avanzar. No nos sorprende que su forma de contrarrestar la solemnidad y el peso que significaba “Georgie” en su carrera haya sido desmontando todo lo generado de la manera más rápida posible y abrazando una identidad mucho más pop, más independiente. Un nuevo lenguaje con el que recuperar sintes y guitarras ochenteras para cubrir así la desnudez a la que se expusieron las canciones en la primera entrega.
Y es que “Cadet” es ese paso al frente que se da sin grandes expectativas creadas pero que en ocasiones te regala gratas sorpresas como, por ejemplo, el upgrade que sufre “Deep End” (aka “You Already Know”) al levantarlo de la oscuridad. O el gran trabajo de Ray Brady (Vince Staples, Miguel) en la producción de “The Seams” (aka “As Soon As You Can”) generándole una nueva conexión al futuro. Sin embargo, lo cierto es que “Cadet” no termina de estar a la altura del valor artístico de “Georgie” y el valor emocional que tenía este sigue siendo mucho más poderoso que cualquier maniobra escapista para terminar en la pista de baile. Por lo que, merece la pena percibir este último álbum más como una ramificación real del primero para poner a prueba las canciones y ver hasta donde son capaces de llegar. Que tratar de vivirlo como una obra completamente nueva.
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