Ribbon Around The Bomb
Discos / Blossoms

Ribbon Around The Bomb

7 / 10
Raúl Julián — 23-05-2022
Empresa — Universal Music
Género — Pop

Grupos como Blossoms han pululado siempre por Reino Unido, en lo que viene siendo un tipo de banda que practica pop algo inofensivo y de evidente accesibilidad, empeñado en pulir a conciencia unas líneas melódicas que puedan alcanzar al público generalista. Una liga en la que, entre muchos otros, juegan (o han jugado) formaciones como The Kooks, Turin Brakes, Citizens!, The Amazons, The 1975 o Razorlight. También estos Blossoms que ahora publican “Ribbon Around The Bomb”, el que significa su cuarto álbum de estudio en apenas seis años.

Son grupos, todos ellos, que suelen pasearse por esa fina línea que separa la canción bonita de la facilona, asumiendo como implícito el riesgo de caer del lado insoportablemente empalagoso. Sin embargo, el quinteto sale airoso con un disco que, con frecuencia, resulta encantador, sin necesidad de grandes florituras ni de apuntar hacia unos resultados estratosféricos, pero que motiva una escucha indudablemente agradable. “Ribbon Around The Bomb” es un elepé de sonido limpio y cuidada producción a cargo de James Skelly de The Coral, de esos que pueden llegar a resonar impostados y artificiosos. No es el caso del presente lanzamiento, tras consensuar su objetivo de facturar hermosas canciones en un total de diez temas (además de intro y outro). Apenas cuarenta minutos que se asumen con gustosa facilidad, protagonizados por indie-pop con trazos de britpop, entre los que destaca la inicial “Ode To NYC” (precioso alegato a la Gran Manzana), “Born Wild”, “Care For”, “Visions” o esas “Cinerama Holy Days” y “Edith Machinist” que podrían haber firmado los mismos The Coral.

Por supuesto que “Ribbon Around The Bomb” no presenta nada nuevo bajo el sol ni tampoco cambiará la vida de oyente alguno, tampoco la de los más aficionados a este tipo de texturas. Muy al contrario, la referencia se sostiene sobre parámetros de sobra conocidos y no busca la sorpresa ni apurar cualquier tipo de vanguardia. Sin embargo, es un disco bien construido, agradable y que, sobre todo, alberga un puñado de buenas canciones de esas que no curan en profundidad pero alivian momentáneamente las heridas.

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