Cuando pensamos en un proyecto unipersonal, encarado por todo un personaje que hasta fabrica sus propios instrumentos, es difícil no pensar en la palabra obstinado. Para los despistados o ajenos a los bajos fondos de la escena industrial es bueno enterarse que Author & Punisher, el alter ego artístico del ingeniero mecánico de California, Tristan Shone, está festejando 20 años de carrera con este “Nocturnal Birding”, lanzado, cómo no, por Relapse.
El absurdo nivel de tozudez de Shone lo llevó a ser una figura de culto la cual más allá de dar una imagen potente y novedosa en directo, rodeado de sus aparatos DIY a los que llama “Dub Machines” o “Drone Machines”, es capaz de dar forma a discos sólidos como esta presente edición.
Shone propone una odisea futurista y apocalíptica, donde las distorsiones y los beats suenan como pistolas neumáticas capaces de cambiar geografías. Aunque lo atronador de la propuesta suele dominar el minutaje, “Nocturnal Birding” es un trabajo dinámico en el que hay espacio para lo atmosférico -ya sea a través de spoken word, punteos y melodías épicas o percusiones tribales-, los cambios de tiempo y para una voz gutural pero no lineal, con gran habilidad de expresión.
“Mute Swan” alterna calma y tempestad con alarmantes voces femeninas, “Titanis” no deja títere con cabeza: tambores del averno, bajos ala Ministry y los riffs más densos facturados en la soleada San Diego. El periplo sigue con “Titmice” que suena como si la mancha voraz fuera una canción y encara su recta final con las mastodónticas y vampíricas “Rook” y “Thrush”, la world music de un hipotético lugar cruza de la Transilvania de Vlad Drac y los desiertos de Mad Max.
“Nocturnal Birding” puede ser un adictivo viaje a las oscuridades y obsesiones de una personalidad compleja y única como la de Tristan Shone; no hay duda que si le muestra este disco a su psicólogo el hombre tendrá tela para cortar, como en toda obra con sentido de ser.
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