WE
Discos / Arcade Fire

WE

7 / 10
Carles Pérez de Ziriza — 06-05-2022
Empresa — Columbia / Sony
Género — Pop-Rock

A Arcade Fire siempre les ha sentado mejor la trascendencia que la liviandad. Y tanto la despreocupada joie de vivre del flojísimo "Everything Now" (Sony/Columbia, 2017), el punto más bajo de su carrera, como la maltrecha salud de este mundo (pandemia, disturbios raciales, violento estertor del mandato Trump, tambores de guerra), auguraban un subidón de ampulosidad. Algo que no deja de ser consecuente con una banda que siempre ha hecho del valor de lo colectivo a través de la épica rock uno de sus signos distintivos.

El riesgo es obvio: caer en la grandilocuencia vacua, en el brindis al sol, en el samaritanismo hueco que les convierta en los U2 de este siglo. No digamos ya si "WE" (Sony/Columbia, 2022) llega avalado por coartada conceptual: lo más parecido que han hecho nunca a una ópera rock. Composiciones que son como suites de más de cinco minutos, divididas en dos partes diferenciadas: de la incomunicación del yo (los tres primeros cortes) a la reconexión del nosotros (los cuatro últimos) ¿Vadean ese peligro? A medias. Enderezan algo el rumbo que extraviaron hace un lustro, que no es poco, aunque su tetralogía inicial parezca ya inigualable hasta para ellos mismos.

Hay momentos en los que parece que sobraban alforjas para este viaje, que cuenta (por vez primera) con Nigel Godrich (Radiohead, Paul McCartney, Beck) a la coproducción: “Age Of Anxiety I” es stadium rock a lo Springsteen o The Killers, con resultón acelerón sintético tras un arranque en modo letanía al piano, poniéndonos en situación: medicamentos que no funcionan, gente que no duerme y ansiedad general, el pathos de este tiempo. Su segundo tramo, “Age Of Anxiety II (Rabbit Hole)”, nos devuelve al synth pop de reflejos estroboscópicos de "Reflektor" (Merge, 2013), mientras que “End Of The Empire I-IV” comienza como una balada al piano que podría recordar a Mercury Rev hasta derivar en un desarrollo progresivo jalonado por saxo, como una suerte de versión abigarrada del “Space Oddity” de Bowie. Cuatro canciones en una. Muchas ideas en muy poco tiempo. Horror vacui. A tope.

Particularmente, me resulta más natural y fluida la segunda mitad, la del nosotros. “The Lightning I, II” tiene la marca de los autores de "Funeral" (Merge, 2004), “Unconditional I (Lookout Kid)” expide un registro acústico que desengrasa después de tan ensortijada fanfarria, y “Unconditional II (Race and Religion)” es lo más sorprendente (relativamente) y refrescante del lote, un dueto entre Régine Chassagne y Peter Gabriel a ritmo de electro pop que, paradójicamente, cuaja de forma estupenda acercándose al registro de su fallido disco anterior. El cierre acústico, “WE”, redunda en esa idea que Win Butler y Chassagne sostienen de que cualquiera de estos siete cortes podría defenderse con una guitarra o un piano, en los huesos, tal y como fueron concebidos en plena pandemia en su estudio casero de Nueva Orleans, antes de pasar por El Paso y Mount Desert Island. Pero el balance final no deja de ser cojo, aunque eso les vaya a importar poco cuando lo aborden sobre cualquier escenario y estas canciones mezclen con los clásicos.

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