Encaramos el regreso de los norteamericanos dispuestos a reencontrarnos con su cara más oscura y violenta, algo presumible tras la muerte de su bajista James Gray, a quien dedican el disco; pero también con cautela: la larga espera y la salida del batería Joey Jordison, su compositor más extremo, jugaban, a priori, a la contra. El resultado es ambivalente: recupera, en efecto, la mala ostia de los Slipknot primitivos, aquellos que se mearon en el nu-metal a base de dobles bombos, blastbeats, guitarras vertiginosas, caos y locura. Ahí están “Sarcastrophe”, un gancho en plena mandíbula con un ritmo machacón marca de la casa y generoses dosis de bilis; “AOV”, con un arranque propio del death sueco y un medio tiempo matador; “Lech”, un torbellino con gritos de guerra como “no one is bulletproof”; o la brutal “Custer”, probablemente lo mejor que han grabado desde “Iowa”. Por otro lado, el disco incluye algunas aburridas canciones anti-clímax como “Goodbye”, que haría bien Corey Taylor en guardarse para Stone Sour. Una lástima. Y entre ambos extremos, el correcto single “The Devil In I” o la irónica “Killpop”, que bajo sus fallidos devaneos con Depeche Mode conserva la enfermiza esencia de Slipknot con sentencias como “now die and fucking love me”. Poesía pura.
![.5: The Gray Chapter](https://www.mondosonoro.com/wp-content/uploads/2014/12/slipknot-cd-the-gray.jpg)
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