ZIP Festival 2014. A tiro hecho
ConciertosVetusta Morla

ZIP Festival 2014. A tiro hecho

6 / 10
Raúl Julián — 05-09-2014
Empresa — Zamoevent
Sala — Auditorio Ruta de la Plata
Fotografía — Alberto Pérez Furquet

El cartel de tercera edición del ZIP Festival (Zamora Íntegramente Pop) resultó ser, precisamente, una representación evidente de la faceta más exitosa disfrutada por el género dentro de la actual escena estatal. Un total de tres nombres encabezados claramente por Vetusta Morla, principal y veterano referente de ese tipo de banda que apuesta por el castellano como medio para conectar con un público cada vez más numeroso, responsable a su vez de una tendencia que ha difuminado progresivamente los términos que antaño separaban independencia y éxito masivo.

La presencia local estuvo representada por La Milker Band, formación que continúa añadiendo elementos a su propuesta en busca de un sonido definitivo que en este momento se encuentra en algún extraño punto entre la devoción por el lirismo costumbrista de Joaquín Sabina y la interpretación rasposa de Robe Iniesta de Extremoduro. El ahora quinteto tiene evidente trabajo y margen de mejora por delante, pero resolvió la papeleta de abrir la velada con la solvente ejecución de canciones como “Banderas desahuciadas” o “En el quinto cielo”.

Por su parte los sevillanos Full repetían presencia en el evento por tercer año consecutivo, en una confirmación más acertada que nunca dadas las similitudes estilísticas con los principales protagonistas de la noche. En cualquier caso, el grupo endureció su sonido con respecto a la versión mostrada en estudio, aumentando así su credibilidad hasta completar un concierto atractivo. La precisión y energía con las presentaron canciones incluidas en su disco “Mi primer atraco” (Defull, 13) como “Quienes somos realmente” o “Aterrizaje”, además de algún tema de estreno, resultaron en cualquier caso un apropiado aperitivo para los seguidores de los madrileños que ya comenzaban a tomar posiciones.

La esperada actuación de Vetusta Morla trascurrió tal y como estaba previsto, con el habitual efectismo y la profesionalidad del sexteto compartiendo espacio como principales cualidades. Los de Tres Cantos presentaban en directo las canciones de su tercer disco, “La Deriva”
(Pequeño Salto Mortal, 14), y ante apenas mil quinientas personas demostraron que no contemplan la propia dosificación, ofertando un concierto de ininterrumpido nervio que desplegó sus reconocibles peculiaridades artísticas a lo largo de casi dos horas de duración. Composiciones recientes como “Fiesta Mayor”, la propia “La Deriva” o “La mosca en tu pared” fueron alternadas con clásicos del repertorio recibidos con euforia como “Sálvese quien pueda”, “Valiente”, "La cuadratura del círculo" o "Copenhague", ante un público ganado de antemano, todo dotado con una vistosidad y firmeza bien medida por un grupo que, tras años de trabajarlo, maneja a su antojo un directo carente de riesgos. Ni siquiera la mejorable acústica del emplazamiento evitó un triunfó certificado de antemano, el de un grupo que también mostró su humanidad y agradecimiento recordando con precisión una lejanísima actuación acústica en el Ávalon Café de la ciudad, acontecida antes de alcanzar un éxito que, aun manteniendo su credibilidad sobre las tablas, parece haber propiciado cierto acomodo creativo en su obra.

 

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