Marcados a fuego
ConciertosThe Warlocks

Marcados a fuego

8 / 10
Jon Bilbao — 20-08-2025
Fecha — 19 agosto, 2025
Sala — Kutxa Beltza (Kafe Antzokia), Bilbao
Fotografía — Dena Flows

Uno de mis primeros conciertos iniciáticos de rock n roll fue con esta banda californiana, cuando tocaron —ante una sala Azkena prácticamente vacía— hace más de veinte años en el Botxo. Finales del año 2003 y a punto de cumplir la mayoría de edad. En disco me había atraído la obsesión de The Warlocks por sonidos de The Velvet Underground o The Jesus & Mary Chain y en directo cumplieron: dos baterías, un bajista descalzo y sentado en el suelo, teclado y hasta tres guitarristas; siete personas sobre un escenario en el que apenas cabían, cabalgando con un objetivo común, crear y después arrastrar un ambiente psicodélico hasta el sistema nervioso del público, y por supuesto afectarle con este. Seguramente aumente mi percepción de la magnitud de aquel concierto por ser de iniciación y por el inevitable halo místico que a veces va pegado a según qué recuerdo, pero, contradiciendo alguna de las crónicas del momento, personalmente lo sentí como un concierto redondo.

Para el que ofrecieron este pasado martes en la sala superior del Kafe Antzoki se vinieron en formato low cost, desconozco si únicamente para esa actuación, porque sigue tratándose de un septeto, pero esta vez no había teclado ni doble batería. Los cinco —con Bobby Hecksher como único miembro original y compositor habitual— atacaron al contagioso “Red Rooster” y lo siguieron con otras tres de ese mismo disco —el sólido “Phoenix” del 2002—, las dos irresistibles y de temática drogota “Shake the Dope Out” y “The Dope Feels Good” y el himno “Baby Blue”. A muchos ahí ya nos tenían en la palma de la mano y expectantes. Aprovecharon para presentarnos algunos temas nuevos incluidos en el digno “The Manic Excessive Sounds Of”, publicado este mismo agosto, como la concisa “We Are All Lost” o “You Can’t Lose A Broken Heart”, y también hubo tiempo para canciones de la época intermedia, como “It’s Just Like Surgery”, “Double Life”, “Mr Boogeyman” o “Lonesome Bulldog”, todas ellas interpretadas con convicción y transmitiendo esa fuerza que, sobre todo en directo, puede llegar como un huracán.

Lo cierto es que la disminución de miembros para el bolo no supuso algo negativo, y ya que hablamos sobre vientos de fuerza extrema, hay que mencionar que cerraron la noche con “Hurricane Heart Attack”, favorita de cualquier fan de la banda —en la versión de estudio toca la guitarra Sonic Boom de Spacemen 3—, también de su potente segundo álbum y con la que ya nos hubiéramos marchado de lo más contentos. Se les pidió volver y lo hicieron con tres canciones, la reciente “It’s A Fucked-Up World”, la necesaria “Isolation” y la inesperada y siniestra “Red Camera”. Apenas hora y cuarto en total, incluidos los bises, pero marcados a fuego en el escaso y entusiasmado público que decidió asistir esa noche.

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.