“Consistencia” y “perseverancia” son dos atributos que se utilizan (en ocasiones demasiado a la ligera) para calificar la trayectoria musical de muchos grupos. Pero cuando hablamos de una carrera de varias décadas de trayectoria, como es el caso de Simple Plan y The Offspring, el uso de estos calificativos están más que justificado. Durante el concierto que ambas bandas dieron el pasado sábado en el Olimpic Arena de Badalona quedó claro que el saber mantenerse a flote y relevantes como abanderados del pop-punk más festivo y dosmilero y del punk-rock noventero es todo un hito. Y máxime en un mercado tan cambiante en el que los géneros tan pronto están de moda como dejan estarlo en un abrir y cerrar de ojos.
Los primeros en aparecer fueron los canadienses Simple Plan, quienes inciaron su set con uno de sus temas más reconocibles: “I’d do anything” de su primer disco “No pads, no helmet just balls”, lanzado hace ya la friolera de 24 años tal y como remarcaba el vocalista Pierre Bouvier sobre el escenario, como si a él mismo le costara asimilarlo (su camiseta con la frase “I’m just an adult” daba buena cuenta de ello).
Seguidamente, fueron cayendo con soltura y buen hacer tanto temas de sus primeros discos como “Shut Up”, la romanticona “Addicted” o la muy emo y celebrada "Welcome to my life” como algún que otro tema más reciente y alineado con la nueva ola del pop-punk como “Nothing changes y “Where I Belong". esta última dedicada a todo el púbico por hacer sentir a la banda como en casa, a pesar de estar bien lejos de su Montreal natal.
Durante el ecuador del set no faltaron guiños al millenial pop con la festiva “Summer Paradise” (lluvia de pelotas de playa incluida) y a The Offspring así como a todas las bandas punk-rock que los influyeron, dedicándoles la muy acelerada y lucida “Thank You”.
Los homenajes no quedaron ahí ya que, de cara al tramo final del concierto, fue el momento elegido para tirar (más si cabe) de nostalgia con “What’s New, ¿Scooby-Doo?" y “I’m just a kid”, ahora conocida mundialmente gracias a un trend Tik Tok, y a la postre uno de los temas insignia de la banda.
Como final de fiesta se decantaron por la balada “Perfect”, quizás la decisión más cuestionable en cuanto a posicionamiento del setlist, cuando habría sido más edificante terminar por todo lo alto con algún tema más enérgico. A pesar de eso, los canadienses demostraron una vez más su soltura y solvencia en el escenario en un planteamiento que, si bien carece de novedad, siempre funciona y divierte. Porque si algo funciona, ¿para qué cambiarlo?
Puntuales como un reloj, y tras un intermedio que nada tuvo que envidiar a cualquier espectáculo de medio tiempo del otro lado del charco, The Offspring hicieron acto de presencia en el Olimpic con el riff surfero e icónico de "Come out and play (o Keep em’ separated, como se prefiera), uno de los buques insignia de su disco "Smash". Tras ese must indiscutible que hizo salivar (metafóricamente) al público los californianos continuaron a toda marcha con “All I Want” y “Want you Bad” para luego incursionar en su nuevo disco "SUPERCHARGED" con el tema “Looking out for #1”. Elección cuestionable dentro del setlist que quedó bastante deslucida al igual que la muy blinkera “Make it alright”. Por otro lado, canciones como “Staring at the Sun”, la bélica “Hammerhead” y el deep cut “Genocide” sí que sonaron potentes y estuvieron muy bien defendidas sobre el escenario.
Ya en la mitad del concierto, y tras otro trallazo noventero como “Bad Habit”, los de Orange county decidieron dedicar una sustancial parte de tiempo a realizar varios medleys de canciones como “Paranoid” o “Crazy train” y a bromear con el público sobre la posible asistencia, que estimaron jocosamente como de millones de personas más 3 nuevos nacimientos durante el concierto, todo un hito a este lado del Besós. Si bien el medley fue un buen gesto en memoria de Ozzy Ousbourne, se sintió como un intermedio después del intermedio y una bajada de pistón algo cuestionable que viene siendo tónica habitual en sus conciertos recientes.

Simple Plan
Una vez superado este intermedio algo bajo de energía, y tras otro tema indiscutible como “Gotta get away” y un solo de batería a cargo del nuevo y virtuoso percusionista Brandon Pertzborn, llegó el momento íntimo de la noche con Dexter Holland a solas con un piano cantando “Gone away”, una canción de tiempo lento en memoria de los que ya no están y uno de los momentos más emocionales de la noche.
Encarando el tercio final del espectáculo y en un cambio quizás algo brusco, el escenario se sembró de pelotas de playa durante “Why don’t you get a job”, jocoso tema de su disco "Americana" a las que siguieron otros hits indiscutibles del mismo disco como “The Kids aren’t alright” y “Pretty fly for a White guy” (con muñecos inflables moviéndose frenéticamente para darle ambiente al tema) que hicieron volverse loco al respetable.
Tras la falsa despedida que ya se da por hecho en todo concierto habido y por haber, the Offspring reservó para la traca final el mega éxito tardío de su discografía “You’re gonna go far, kid” y posiblemente su tema más icónico: “Self steem”, un trallazo punk con toques de rock alternativo que fue coreado a voz en grito y que puso punto y final a un concierto que, pese a momentos algo flojos del setlist y alguna bajada de ritmo algo notoria, nos vino a recordar que a constantes y perserverantes y como trabajadores a destajo del punk-rock a The Offspring no hay quien les gane.

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