Nuevo estallido de la sierra riojana
Conciertos / Sierra Sonora

Nuevo estallido de la sierra riojana

8 / 10
Ana Amanda Sainz — 28-05-2024
Fecha — 17 mayo, 2024
Sala — Viniegra de Abajo (La Rioja)

El Sierra Sonora da inicio una vez más a su edición primaveral con la banda riojana Mutagénicos, los valencianos Valira y las también riojanas Tangerine Sistas DJs. Una primera velada musical, víspera de una jornada multitudinaria con una de las mayores afluencias de público de la historia del festival rural de Viniegra de Abajo.

Como el primer día de sol después del invierno, da comienzo la cantautora Idoia a la jornada del sábado. Nada mejor para irrumpir en los montes de la Sierra como una oda al renacer a manos de una mujer llena de amor y caminos andados. Es precisamente esto lo que da título al disco que protagoniza el concierto, "De amar y desandar". Con su bolo matinal Idoia nos ilustra un camino desde la más remota llanura castellana hasta Colombia. Lugar idóneo para alabar las raíces y antepasados, temas recurrentes también en las letras de la joven. Lo que podrían haber sido unos temas calmados al ritmo de arpegios de guitarra española terminan por sumergir al público en una enérgica atmósfera de la mano de los multiinstrumentistas Txus Aranburu y Joanes Ederra. Órganos Hammon, acordeón, teclado, sonajas e incluso un contrabajo consiguen convertir la casa indiana Montero en un placentero jardín de las delicias.

Idoia nos invita a viajar por los ocho temas que componen el disco y el público recorre el camino ensimismado. Un camino poblado por grandes ilustres como Elvira Sastre, con cuyas letras Idoia compone el tango “Huele a flor". O Eduardo Galeano, que nos muestra como “recordar es volver a pasar por el corazón”. El concierto va llegando a su fin y la banda se despide cantándole a la vida con el tema “Viejo refranero". Porque, como el abuelo de la vocalista decía, “cantando se alegran los corazones”. En el último momento la microfonía estalla durante unos segundos. La banda, en vez de colapsar, sigue tocando y, junto al fervor del público, salen ilesos de lo que termina siendo un reflejo del propósito de la canción. Cantarle a la vida, y con ello, cantar a las adversidades. Porque cantando jamás seremos vencidos.

Llega el mediodía y con ello la caldereta popular amenizada por los ya familiares Broken Brothers Brass Band. Tuba, bombo, caja, trompeta, trombón y saxo forman una banda muy cercana a los sonidos Brass de Nueva Orleans. El interludio musical comienza en el jardín de la Casa Montero y termina con su tradicional pasacalles por el pueblo, arrastrando al público tras de sí. Tras los Broken y, poniendo el sello regional, a parte de ser el mayor símbolo de fidelidad al Sonora, llega el dúo de djs Tangerine Sistas. Alicia y Alejandra amenizan al público un año más con sus versiones electrónicas en una jornada que, por las altas temperaturas, fue más complicada que la vivida por ellas mismas la noche anterior.

Poco después comienza por fin la jornada musical de la tarde, habiéndonos trasladado ya a la carpa del festival contigua a la plaza del pueblo. Los encargados de dar el primer salto son Nøgen, una banda donostiarra con base danesa. Ritmos pop que lindan con el neofolk van animando al público segundo a segundo, a quienes atrapan aún más con las versiones de temas populares como ‘Dog days are over’ de Florence + the machine y ‘Mr Brightside’ de The Killers. Cabe destacar también un gran trabajo de escenografía como nunca habíamos visto en otras ediciones del festival. Varias alfombras, un par de sofás, una lámpara, una radio y una maleta completan los espacios vacíos del escenario. Elementos que más allá de lo que podría ser un salón convencional, significan toda esa esencia nómada y fugaz que caracteriza al grupo. Ane Negueruela (vocalista) emociona con su desgarradora voz salida del lugar más recóndito del alma. Pero si hay algo por lo que esta banda destaca, más allá del claro dominio musical de cada uno de los instrumentos, es por la complicidad entre los miembros. Es gracias a ello que consiguieron traspasar la barrera del idioma para transmitirnos a la perfección todo eso que sus letras gestan.

Llegados ya al meridiano, armónica y ukelele se encargan de guiar al grupo por un tema cantado al unísono que termina con la eclosión del público arropándoles. Unos jóvenes con un estilo definido e influencias notables, como por ejemplo la M.O.D.A., grupo a cuyo cantante, David Ruiz, dedican ‘Abendua’, uno de los temas encargados de poner punto y final al bolo. Canción con la que Ane crítica eso a lo que ella denomina “todas las cosas malas que están pasando ahí fuera” e incita al público a disfrutar de lo bonito que ellos han creado ahí.

De la mano del rap y el reggaeton la localidad de Viniegra viaja hacia el sur hasta llegar a Murcia. La banda Awakate se abre ante el público reivindicando el folklore, la tierra y el acento sin dejar de bailar. El bolo pega su primer estallido con el tema ‘Culpable’, canción que satiriza el sistema. "Qué no nos señalen porque solo intentamos sobrevivir en esta jungla que nos han dejado", apunta uno de los vocalistas. Avanzado el concierto, el grupo nos deleita con su versión del tema ‘Taki taki’. Pero no se trata de una versión al uso de un tema musicalmente simple, sino que, los instrumentistas reafirman su talento y control usando diferentes pedales de distorsión de guitarra como el “Wah wah”, varios solos de trombón o, como ya habíamos observado en un tema previo, usando la técnica “slap” en el bajo. Durante este tema el bolo alcanza su clímax a manos de la dj, que nos ofrece unos segundos al ritmo de drum & base. Al grito de “la belleza está en la diversidad” da comienzo el tema ‘Se pega’ seguido de ‘La línea de la vida’, que da final a la vibrante actuación de la banda murciana.

Viajamos de nuevo a Euskadi para recibir a la aclamada banda y cabeza de cartel ETS (En Tol Sarmiento). Tan solo unas pocas guirnaldas de luces iluminan la carpa donde tiene lugar el bolo, con una atmósfera íntima para nada comparable a la reciente experiencia que tuvieron los jóvenes yecoranos en su reciente y multitudinario concierto en el festival Viña Rock. El público parece efervescente desde el primer momento, dando una gran acogida a la banda. Sobre el escenario se pudieron experimentar muy variadas sensaciones. Desde lo más emotivo y sincero durante el tema ‘Abuela Maitea’. Un momento acústico en el que desaparecen los metales (trompeta y trombón) tan característicos de la banda. Y la batería deja paso al cajón flamenco. Hasta los reconocibles himnos y canciones verbeneras que el público no dejó de corear, al son de los vientos, durante las casi dos horas de concierto. Casi al final llegó el esperado momento “medley” en el que incluso los más reacios a la banda reconocieron alguno de los temas de figuras como Coldplay, Avicii, Billie Eilish o Lady Gaga.

Pero, más allá del baile llegó el apagón. Llegó el apagón de forma recurrente como uno de los muchos recursos utilizados durante todo el bolo para aportar cierta intensidad y dinámicas que, debido a la simpleza y lo básico de la oferta musical de ETS, no podían ser aportadas de otra forma. Sin esto, el concierto habría sido poco más que una verbena.

Finalmente es el dj David Van Bylen el encargado de poner el broche a la edición primaveral del Sonora. Con el “indie” por bandera y mucha actitud sobre las tablas, David hace bailar al público hasta bien entrada la madrugada dándose así por finalizada una edición que será recordada en toda la sierra. Viniegra ya espera el verano para una nueva entrega de su imparable festival.

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