Psicodelia para una nueva era

Con la llegada del mes de octubre, muchas de las bandas se despiden de los festivales (un tipo de evento del que Rufus T. Firefly nunca han sido demasiado amigos) y llevan sus canciones a las salas. Es bastante habitual que las bandas prefieran este formato, pero no son demasiados grupos consolidados los que se atreven a recorrer el país en furgoneta dando ejemplo. No es el caso de la banda formada por Víctor Cabezuelo y Julia Martín-Maestro, que han decidido iniciar una extensa gira por salas de toda España presentando “Todas las cosas buenas” (Lago Naranja,25), el que es su álbum más ambicioso hasta la fecha.

Una hora después de lo anunciado, los de Aranjuez aparecían en el escenario para hacer lo que mejor saben, cantar, tocar y olvidarse del mundo, en un logro que, de paso, contagian a los espectadores. El concierto, enmarcado dentro del ciclo ‘Directos Vibra Mahou’, resultó muy centrado en su nuevo álbum motivando las diferencias con respecto a anteriores conciertos, en parte porque el propio álbum cuenta con sonoridades diferentes a los títulos previos. De este modo, la banda alternó con igual aceptación momentos, psicodélicos y momentos más electrónicos, mientras canciones como “La Plaza” –con esa guitarra que recordaba a The Smiths y algún guiño en la letra “Esta luz nunca se apagará”– daban otro giro adicional al concierto. Prueba ineludible de que los madrileños acumulan en la paleta diferentes colores y son incapaces de caer en la monotonía. De trazo especialmente fino resultaron canciones como la que da título al disco, “Todas las cosas buenas” –ese fuzz cremoso, ritmo bailable y tralla evidente…–, amparadas en todo momento por un gran sonido a cargo de Ángel Luján tras los mandos.

Un concierto en salas siempre tiene que tener sorpresas y el paso de Rufus T. Firefly por Vigo las tuvo, rescatando canciones de sus primeros discos que los fans ya han hecho propias y agradecieron notablemente. Y, como no podía ser de otra forma, el tramo final acogió esas grandes canciones que les han hecho crecer en todos estos años y que, a estas alturas no son sino clásicos de su repertorio, caso de “Río Wolf”, “Nebulosa Jade” o “Tsukamori”. Un concierto, en definitiva, muy intenso, casi difícil de calificar pero que sin duda señala a Rufus T. Firefly como una de las bandas nacionales con mejor directo del momento.