Bálsamo para los males
ConciertosLia Kali

Bálsamo para los males

8 / 10
Don Disturbios — 26-05-2025
Empresa — Propaganda Pel Fet!
Fecha — 23 mayo, 2025
Sala — Razzmatazz 1, Barcelona
Fotografía — Àlex Belza (Cedidas por la organización)

Tras pasar como un huracán por el Movistar Arena de Madrid, Lia Kali aterrizaba durante dos noches consecutivas en la sala Razzmatazz de su estimada ciudad de Barcelona. Un jugar en casa que, lejos de proporcionarle la paz interior que la cantante anhela, le provocaba el jueves un ataque de ansiedad de los más fuertes. O al menos eso es lo que nos contó la propia Júlia la noche del viernes, confesando que solo por el apoyo de su público había podido sobreponerse, y reunir las fuerzas suficientes para subirse de nuevo al mítico escenario de la sala barcelonesa.

Y es que, si hubo algo que incluso llegó a sobrar por momentos durante su concierto, fue precisamente ese mismo sustento incondicional de sus fieles. Dos millares de gargantas cantando de forma enfervorizada y a pleno pulmón cada una de sus canciones. Sepultando en muchas ocasiones la voz de la propia Júlia y de sus tres coristas. Un hecho que a los más puristas y viejitos del lugar nos resultó por momentos molesto pero que, por el contrario,  resultó fundamental para que la cantante se dejara la piel y llevara a buen puerto un concierto que horas antes le parecía una montaña imposible de escalar. Desconozco si tras finalizar el pase del viernes, el mismo demonio azulado que la acecha en el videoclip de “Renacer”, la visitaría de nuevo. Esperemos que no y que el indiscutible éxito de llenar dos noches seguidas la mayor de la salas de Barcelona (no incluyo en esta categoría al Sant Jordi Club) le mitigara cualquier amago de desestabilización y funcionaran como bálsamo para todos sus males.

Pasaban unos quince minutos de las nueve de la noche cuando unos flashes de luz azul deslumbraban al público, mientras la figura de Lia Kali emergía de entre la niebla para entonar las primeras barras de “La noche”. Un ‘hoy no puedo, no puedo encontrarme’ que la propia Júlia iba a evitar que se convirtiera en verso premonitorio. Intro que empalmaría con la oscuridad sonora de una “Turbulencias” en la que nos recordaba eso de: “No logro mirarme sin juzgarme, nunca creí en mí, lo hice en mi arte”. Dejando constancia de que, esa misma fe de la que habla, no estaba esa noche en sus manos, sino en los coros de todos los presentes que la arroparon como pocas veces he visto en directo. Cantando a pleno pulmón cada una de las canciones que se iban sucediendo. “Con tu collar”, una reluciente “God Damn”, “28”, “Veneno”, “Me hace mal”… Y así hasta un total de treinta y un temas repartidos a lo largo de una hora y cuarenta y cinco minutos de mucho éxtasis, y a los que tan solo pondré una pega que, mucho me temo,  no tiene fácil solución. Y es que al tener Lia Kali tantas colaboraciones entre sus temas, el numero de veces en los que hay que echar mano de las voces pre-grabadas de Acción Sánchez (‘Veneno’), Dellafuente (‘Fosforito’), FernadoCosta (‘Para aguantar’, ‘Te conocí bailando’) Nanpa Básico (‘Pa volvernos a Amar’, ‘Peor que la policía’), Eladio Carrión (‘Me muero’, “Chulx”) resulta excesiva. Recurso que, en cierta medida, resta valor interpretativo al concierto y al que no hubiera estado de más darle una vuelta para evitar ese tener que pulsar el play tantas veces. No sucedió así con “Falso”, el único tema que contó con el contrapunto en directo de la rapera Elane como invitada, y que acabó de confirmarme que, de producirse, las colaboraciones cobran mucho más sentido que cuando resultan enlatadas y frías.

Pese a todo, no puede negar uno que la figura de Lia Kali va agrandándose a cada paso que da y que, pese a las dudas que muchas veces le acechan, la cantante catalana tiene muy claro hacia dónde se dirige su música. Ese lugar en el que, como ella misma nos contó en directo, la ambición se convierte en fe, alejándose de caer en la tentación de la soberbia, deslizándote por el camino equivocado. La misma fe que la obligó en plena crisis a desechar todo lo que había creado junto a su productor Toni Anzis, para volver a empezar de nuevo y partir de cero desde la flamenquita ‘Volando a tu ventana’. Algo más que una anécdota que Júlia nos cuenta desde el escenario, abriéndose una vez más en canal. Al igual que cuando nos narra un sueño que tuvo en el que los humanos íbamos encadenados a unos demonios que no somos capaces de ver, aunque estén ahí justo a nuestro lado. Monstruos que buscan muchas veces ponernos la zancadilla y desestabilizarnos. Suerte tenemos de poder recurrir a la música para buscar ese  consuelo suficiente para salir airosos y adelante. Lo mismo que hizo Lia Kali durante esas dos noches que perdurarán, pese a los sin sabores y las zancadillas de la ansiedad, en su recuerdo. También en el nuestro.

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