Gatos ufanos

Puesta de largo de ‘El intento de salvarse’, el flamante nuevo disco de Lunatic Catz con una sala Niágara que no podía lucir mejor. Como si de una deseada reunión de Navidad se tratase, el ambiente era inmejorable con el cartel de aforo completo en la entrada y en el interior todo eran sonrisas y abrazos. Lo cierto es que algo de ello había y es que hacía demasiado tiempo sin poder ver en vivo a la banda. Durante todo este tiempo tras su victoria en el Certamen de Música Joven del Gobierno de Cantabria no han perdido el tiempo y presentaban en sociedad una selección de sus últimas composiciones en ‘El intento de salvarse’, siete nuevas canciones íntegramente en castellano entre las que curiosamente no está “Luna”, tema que estrenaron en Mondosonoro en primavera y que abría paso a esta nueva etapa.

Para esta noche el setlist realizaba un repaso por su cancionero ahora transformados en quinteto en una noche llena de energía y con mayor peso de los nuevos temas. Al frente Cantia Silvino, muy emocionada y arropada, dejó ver en cada uno de los temas su poderosa voz, una de las principales señas de identidad de la banda. Potencia con control, eso sí, en una propuesta que en el plano local podemos ver muy relacionada en lo estilístico con Repion, no en vano son compañeros de la escudería de Galerna Norte. Si miramos un poco más arriba la querencia con Vetusta Morla es más que evidente en cuanto a tempos, fraseos y construcciones. “Amapola en el desierto” y “Luna” fueron por ejemplo los ejemplos más claros de estos momentos. Por el contrario, “Reverberación” fue todo un contrapunto en el medio del recital. Cantia enfrentándose sola en el escenario al piano en una emotiva canción, que por momentos recordaba a Nina de Morgan. Preciosa. Probablemente el momento más alto de la noche y en el que la vocalista brilló con más luz.

De aquí en adelante mucha más fuerza y sonrisas. Es curiosa la transformación de las canciones antiguas que durante todo este tiempo no se han quedado en el armario y han ido mutando y creciendo junto con la banda. “La historia de nada”, por ejemplo, fue muy coreada, y hasta este momento podría calificarse de su hit. Probablemente el relevo venga de la mano de “La pecera”, canción poderosa que abre el disco con un estribillo guitarrero que se fija en tu cabeza como si fuese chicle.

En definitiva, una noche bien divertida en la que es una verdadera alegría ver llenos y reacciones de este tipo ante bandas muy jóvenes que derrochan energía y buen rollo. Esperemos que ahora que ya tienen ‘El intento de salvarse’ bajo el brazo salgan a pasearlo por ahí como merece y se dejen ver un poco más.