Pogo en forma de abrazo

No era consciente de lo que estaba a punto de ver. Antes de llegar a una abarrotada sala La Riviera para despedirnos del dúo temporalmente, siempre me había sorprendido la presencia de Delaporte en el circuito indie nacional. Ingenuo de mí, joven periodista. Era conocedor de que su proyecto era el más electrónico de los presentes en festivales como Sonorama Ribiera o Cooltural Fest. Sabía que sonaría house, sí. Lo que no esperaba era que Sandra y Sergio fuesen a montar una rave con el bpm revolucionado destinada exclusivamente a la sanación y reparación emocional.

Rodeados de dudas. Entre miles de pantallas con la pregunta “¿y si me dejara caer?” rompió un bajo extenuante que puso miles de brazos arriba desde el primer momento. Quisieron llevarnos al averno con el remix de “Somos Diablo” por “Toro” y “TECHNO RICO” para demostrarnos que el cielo no está a tanta distancia. Si empezamos sudando como demonios, ahora seguíamos haciéndolo iluminados ante la delicada voz de Sandra y el funk carioca con el que rompe su tema “Un Jardín”. Si algo pudo cortarnos el rollo fue la vocalista en medio de la canción pronosticando que “puede que sea la última vez que toquemos esta canción”.

Para mantener un ritmo estratosférico, Sandra pidió un “lo-lo-lo” grave a los hombres presentes mientras corría eufórica por un escenario que dominaba. Una luz roja parpadeante se hizo con el recinto para introducirnos en su éxito “Soy de Aquí” con el que convocaron el primer gran pogo de la noche ante el abrazo de los artistas sobre las tablas. Energía exorbitante de necesidad tierna.

Encumbrada en una especie de aura divina, de madre naturaleza, Sandra comenzó a interpretar “Ni Un Beso”, que se volvió en un house más que bailable y de repente oscuro que llevó al dúo a una batalla frente a frente de las tablas de mezclas. “¿Qué tal va la ansiedad? Hoy la soltamos con sudor” imploró la cantante antes de soltar un aullido para presentar a su manada el siguiente tema “Angel Caído”. Desde ese momento, la naturaleza de ese primer gran pogo se transformó en un abrazo compartido que perduró hasta el final del concierto.

Uno de los momentos más emotivos de la noche llegó con la interpretación de “La Ternura Es Simple” que empezó con Sandra cantando en acústico. El título de la canción fue uno de los mantras más repetidos de la noche. “Que no se nos olvide por dios” pidió la cantante. Y es que por muy duros que sean sus beats su intención es siempre blandita. Más que mullidos nos dejó el dúo cuando la cantante comenzó a recitar un texto sobre el escenario en el que decía: “Cuando estamos en la apatía los humanos somos peligrosos. A cada persona que se ha dejado conocer su vulnerabilidad, gracias”.

“Rendición”, el mayor de sus hits, se saldó con la única colaboración de la noche junto a Rayden, que incorporó parte de su canción “Haz de luz” al tema. Todos coreamos a viva voz una letra que nos pide progresivamente abandonar el dolor hasta romper con un beat donde solo nos queda refugiarnos en el amor y el deseo de hacerlo. Tras él llegó el anti amor, la “Droga Dura”, para recordarnos que no puede haber luz sin oscuridad y que para encontrar ese amor sano muchas veces tenemos que perdernos entre los perecederos.

Ante un escenario lleno de colores vivos Sandra le dedicó a Sergio “El Techno Cura” y “Me Siento Bien Post Fiebre en Altai” a su hermano, presente entre los asistentes. Les sucedió “Toro”, ahora íntegra, donde hasta romper el beat el pogo se convirtió en una sesión de ballroom. Un espacio tan seguro como contracultural que sirvió como un desfile de identidades relegadas a vivir entre la oscuridad. Nos propició el afecto necesario para poder seguir aguantando en el mundo de los vivos.

Tras tirarnos agua y pedirnos un pogo todavía más grande para bailar “Súbete la Radio” mezclada con “Hung Up” de Madonna anunciaron: “Vamos a tocar 4 más del tirón y se acabó”. Tras casi una hora de concierto creí que no me quedaba más energía para bailar y demostraron que estaba equivocado. Su cover de la de la cumbia peruana “Cariñito” mezclada con la “Gasolina” de Daddy Yankee, “TECHNO RICO”, “CAGARLA” y un nuevo remix de “Soy de Aquí” fueron los encargados de demostrarnos que llevan a rajatabla su lema: el techno cura. Y no solo eso, también hipnotiza y perpleja cuando se hace desde un lugar que prioriza el bienestar al vacío. Cuando salí del recinto tuve claro que debía marchar a casa, era muy difícil que la noche madrileña pudiese proporcionarme un lugar donde mi frente siguiese brillando de aquella manera.