Música, danza, teatro y NO al racismo
Conciertos / Damba Festival

Música, danza, teatro y NO al racismo

8 / 10
Pepa Ferreiro — 30-03-2023
Fecha — 24 marzo, 2023
Sala — Bilborock, Bilbao
Fotografía — Pepa Ferreiro

¿Sabéis cuándo sentís que un concierto o festival está absolutamente justificado? ¿Sabéis cuando miráis a la revolución a los ojos, tan dentro, que la sensación de que algo está cambiando te emociona? Del 24 al 26 de marzo se celebró en la capital bizkaitarra el festival antirracista Damba Fest, una iniciativa ubicada en la sala Bilborock que cumple su segunda edición. Empujada por el rapero angoleño Betto Snay, el festival trasciende en la lucha por la inclusión de la comunidad migrante en los circuitos de música convencionales. Al mismo tiempo, pretende visibilizar la música creada por la comunidad racializada y nacida en Bilbao, en especial las personas residentes en el barrio San Francisco.

El carácter familiar de este festival es un dato estratégico ya que la lucha antirracista es competencia de artistas y asistentes racialmente privilegiados a los que invitaron a tomar partido y actuar. «Queremos visibilizar la diversidad como se merece. Ni blancos ni negros, un Bilbao de personas» matiza Snay en la presentación. «La gente migrante queremos ocupar espacios para la gente que ha nacido aquí» y para ello también necesitan a las personas no racializadas.

El pilar artístico de Damba Fest II fue la música pero también la danza y el teatro. Durante los tres días la cultura se representó en diversas disciplinas artísticas desde una perspectiva afro, latina e internacional. La primera hora del viernes se presentó escasa. Comprensible e inevitable. El Dj SlimDaze anima a los asistentes con mashups de diferentes corrientes electrónicas aderezadas eso si con géneros tribales. Otra constante del festival fue la compañía de danza irundarra Afrodelicious dirigida por Raquel Coroma que brilló en las primeras actuaciones con la solemnidad de Billie Holiday pero también en las segundas, los espacios entre conciertos y revolucionaron la pista de baile. Afrodelicious es un proyecto centrado en conseguir becas para que las y los jóvenes migrantes que quieran bailar y no tengan recursos puedan hacerlo. La corriente de danza afrobeat fue una de las prolongaciones más interesantes del festival con performances muy cualitativas, sensitivas e hipnóticas arraigadas a los sonidos de raíz del pueblo africano fusionadas con ritmos contemporáneos.

Tras los diferentes estímulos de apertura, desde la platea accede al escenario el rapero Denjah Man con algunas dificultades de sonido pero consiguiendo calentar al público. Este artista fue una de las sorpresas del festival ya que no figuraba en el cartel. Junto a Slimdaze interpretó varios temas de los que destaco su último lanzamiento “Como ella”. Betto Snay se une al rapero y nos confiesa que en esta segunda edición, el Damba Fest quiere posicionarse: «Vamos a seguir dando voz a la gente que canta con el corazón». El line up del festival se acentuaba en la figura de Mad Muasel, la rapera bilbaína que ha sentado un referente en la escena local y obviamente entre las mujeres raperas. Se hace fuerte en las tablas acompañada de un bailarín o metáfora de sombra que complementa el repertorio. Escuchamos temas como “A ella le gusta bailar” de su anterior "Bomba ácida" con un flow muy bailable a ritmo de dancehall. Confiesa que el último disco que grabó antes de la pandemia lo tiene en el armario y ahora está haciendo música nueva más despacio. Vibramos con “Chulo” donde se mimetizó con su Dj colocando los samples y terminamos escuchando “Cántame mucho”, otra oda feminista que el público coreó sin compasión.

Tras el bolo, Betto Snay entrevista a Mad Muasel que afina su promesa de sacar nuevos temas este verano y por supuesto, grito de apoyo a la escena local. Tras nuevos bailes tribales, eléctricos y muy energizantes suben al escenario la formación navarra Katanga Dub cuyo late motiv es la raíz colombiana, el bullerengue y la cumbia. Referencias a King Coya sobrevolaron el bolo de este dúo que utiliza máscaras de animales ancestrales y la música electrónica como espejo del folclor colombiano. Zarys Falcón confiesa sus propias vivencias racistas y le canta a sus «ancestras», mujeres esclavas que construyeron su vida y su libertad con las manos. Sobrecogedor el canto a capella postrada en el suelo y sin micrónofo que dedica a la reina del bullerengue Petrona Martínez. Escuchamos “El mochuelo” su último lanzamiento que definen como «bullerengue cadencioso». Para terminar el bolo en Bilborock se mezclaron con el público y según comentaron algunos asistentes, les dejó «con la piel de gallina». El after party se celebró en la sala El Muelle donde Slimdaze e Hija del Nopal pusieron el punto y seguido a ritmo afrobeat, sonido afrohouse y «elektro kumbia makarra».

El sábado volvimos a refelexionar sobre la carga antirracista del festival y la necesidad de construir espacios de reconocimiento y reparación para los artistas afrodescendientes, latinos y del extrarradio del `eje occidental´ mundial. Afrodelicious subió a las tablas a inyectarnos el afrobeat por vena mientras la sala se iba llenando cada vez de más asistentes. La noche prometía. Tras la danza presenciamos un momento muy emotivo gracias al homenaje que dedicó la organización y algunos artistas a Pascual Endongo, un referente vital y artístico para muchos y muchas de las allí presentes. El veterano cantante nos deleitó con clásicos como “What a wonderful world” de Louis Amstrong donde el coro del público fabricó una atmósfera muy cercana.

La siguiente artista, Lova Lois tampoco estaba en el cartel pero el público la esperaba. Esta rapera erandiotarra es una de las voces revelación dentro del reggae y el dancehall en la escena vasca. Su actuación el sábado llenó de luz los recovecos de las desigualdades sociales. Mientras fusiona sonidos urbanos y tribales confiesa que quiere que sus palabras sean curas para la gente que lo necesita. Cantó “Sambala” y cuando dijo aquello de «el arte va de la mano de la revolución» supimos lo que venía: “El arte”. Terminó con reggae fluido y el tema que compuso para la primera edición de Damba Fest: «No separarán a un pueblo unido»… el público cantó.

Slimdaze, el dj residente del festival presentó a Ryhan, artista llegado desde Vitoria con raíces de Santo Domingo. Los gritos se escucharon cuando se subió a las tablas porque un grupo de fans estaban parados delante del escenario con móviles en mano. El estilo de este artista es el reggaetón almibarado que tantas ampollas levanta. Ryhan acaba de publicar nuevo Ep "Exotik" del que escuchamos “Wifi” y “Delicioso” con un scratch muy fino y una buena sonorización en los platos.

La única banda que se acompañó de instrumentos convencionales fue la de Afrika Bibang que llenó el escenario con teclado, batería, bajo y voz. Cuando subió a las tablas la cantante algorteña desplegó su repertorio soul en euskera. Afrika es la primera mujer negra que canta en euskera. Escuchamos “Revolution” con la consiguiente consigna: «Hoy estáis haciendo la revolución por estar en este festival». Todas las canciones, todas las palabras y todas las expresiones artísticas adquirían una identidad revolucionaria en el festival y Afrika elevó la lucha a la enésima potencia. Cuando sonó “Emakumeak” reivindicó el poder de la mujer, reivindicó la libertad de los cuerpos: «¡Bailad como negratas!». El ambiente se hizo muy amable, otra vez muy familiar. La pista de baile no paraba y la gente de Afrodelicious de nuevo agitó el momento con movimientos compulsivos de pies y caderas a ritmo de funk. Betto Snay subió a interactuar con la artista y dejó claro que Afrika es uno de los mayores referentes de las chicas que quieren ser artistas pero el racismo y el machismo no les deja avanzar. El «beste bat» se gritó muy fuerte y la banda volvió al escenario para tocar “Azala Ilunagoa”.

Otra de las grandes apuestas del festival fue la del bolo del artista madrileño Lion Sitté (foto encabezado). Subió al escenario sin avisar y acompañado ni más ni menos que de su hermana, la artista y cantante Mayka Sitté. Desde el escenario azuzaban al público con reggae clásico y revolucionario: «¿Quién quiere ser libre?». Cuando cantaron “¿Qué más da?” me di cuenta de la importancia del momento que estaba viviendo: estaba metida en el corazón de la lucha antirracista a muchos niveles. Consignas constantes a la cultura rasta, raggamuffin y/o dancehall llenaron el espacio sonoro de Bilborock. Tocaron “Firmes”, el tema homónimo del último disco del vallecano con contenido muy político. Después de preguntar si queríamos fuego rapeó a capella versos como «África no pone vayas y por eso entráis». Betto subió a improvisar y muchísima gente del público se estremeció entre bailes, raps y buen rollo. Así terminó la segunda jornada en Bilborock de Damba Fest II.

El after party volvió a ser en el Muelle pero Oscar Mena Dj no consiguió el flow ni el ritmo de los artistas de la noche anterior. La transversalidad marcó el festival y el domingo fue el turno del teatro foro. La compañía de Getxo Las de Fuera representaron la obra "Entre dos mundos" en la que consiguieron el aforo completo. Brígida Ridruejo presentó a la compañía: «Hemos conseguido el objetivo de este festival que es crear espacios para la gente que no es escuchada».

Escenografía simple, vestuario austero y guion de contrapunto. A todas las escenas les atravesó el racismo y el machismo que se complementan inevitablemente. Parodiaron y ridiculizaron a la sociedad occidental por la condescendencia que muestra hacia las mujeres migrantes. Por su condición de foro, el público pudo cambiar el final de las escenas y la participación fue muy productiva, igual que el debate que se desprendió de todo ello. Damba Fest celebra su segunda edición con objetivos cumplidos y un propósito que se repetirá en todas sus ediciones: decir NO al racismo.

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