Exitosa primera jornada del festival (BAM),
que concentró en Plaza Real los sonidos más rock de la noche. Tras el curioso e interesante concierto de Cui Jian,
considerado como el Bob Dylan oriental, y aún con la mitad de la excitada comunidad
china de la ciudad entre el público, los barceloneses The Unfinished Sympathy
ofrecieron lo que se esperaba de ellos: una buena ración de rock melódico y
pegadizo servido con el mejor de los envoltorios. Arrancaron con “You Are
Wrong” y “Magic Harvest”, ambas de su último “Avida Dollars”, segundo largo para Subterfuge en el que la banda culmina
la depuración de su pop rock cada vez más esencial. Les siguió la casi perfecta
“This Living Kills”, y a pesar de un
pequeño bache con ritmos reggae y hasta algunos versos del “All That She Wants”
de Ace Of Base, el cuarteto se fue entre aplausos tirando de su etapa en BCore,
con “An Investment In Logistics”, “The Loveless Curse”, una musculada “I Killed
Her But That’s Not The Point” o “You've Got A Long Run”. Los
navarros Berri Txarrak irrumpieron aún con más fuerza para presentar su nuevo “Payola”, sexto disco de la formación grabado
en Chicago bajo la batuta del mismísimo Steve Albini. El resultado es un
trabajo directo registrado en vivo en apenas diez días y en el que la crudeza y
las melodías habituales de la banda alcanzan nuevas cotas expresivas. Una
cosecha más esquemática y urgente que funcionó sin altibajos en una plaza
abarrotada y con más seguidores del grupo de los que cabría imaginar. Aunque a
medida que avanzaba el concierto, hasta los espectadores más despistados se
rindieron a la evidencia: la del trío navarro es una de las propuestas más frescas,
contundentes y originales del actual rock estatal, edificada sobre vigorosos
retazos punk, riffs metálicos, guiños a Black Sabbath (“Dortoken mendean”) y
unas poderosas melodías y estribillos que se aferran a tus neuronas a pesar de sus
letras en euskera. Destacaron “Oreka”, la inevitable “Denak ez du balio”, su
embrutecida versión de “Special K” de Placebo y una potente “Hil nintzen eguna”,
uno de los mejores ejemplos de su contraste de registros y de su poder escénico
forjado tras años de conciertos en países como Estados Unidos, Japón o Taiwán. Para
terminar, hasta cinco bises, entre ellos una desbocada “Berba eta irudia” que
desató la locura entre las primeras filas. Subiendo.
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