Arthur’s Day o el hedonismo cervecero
Conciertos / Kasabian

Arthur’s Day o el hedonismo cervecero

7 / 10
Sergio del Amo — 24-09-2009
Sala — St. James Gate Brewery
Fotografía — Archivo

Que hace 250 años el señor Arthur Guinness empezara a
deleitarnos con un brebaje etílico negroide icónico para la historia irlandesa
es motivo suficiente de celebración. Por ello, el pasado 24 de septiembre
diversos pubs y locales dublineses acogieron un sinfín de conciertos con motivo
de tal efeméride donde se congregaron un ecléctico compendio de artistas en una
jornada donde la música y la barra libre fueron las protagonistas. En el propio
St. James Gate Brewery (oséase, el mayor parque temático de la birra templada,
el Guinness Storehouse), el mismísimo Ronan Keating fue el encargado de
presentar al primer tótem mediático de la noche, Sir Tom Jones
. Más
canoso que nunca y manteniendo envidiablemente el tipo a sus 69 años, los cerca
de 2.000 asistentes vips encorbatados congregados pudieron contemplar in situ
que el tigre de Gales no ha perdido facultades algunas en sus cuerdas vocales
después de repasar durante cerca de media hora algunos de sus himnos
verbeneros, entre los que no podían faltar “It’s not unusual”, “Delilah” (con
unos tintes mariachis que hicieron sacar la vena hooligan que todos llevamos
dentro) o una versión del “You Can Leave Your Hat On” de Joe Cocker que afianzó
su inalterable sex appel. Ante tal embriagador déjà vu a las luces de neón de
Las Vegas, Estelle
hizo acto de presencia enfriando el
ambiente con una pose de diva soul que no consiguió convencer al respetable
dado el carácter reggae soporífero que la banda impregnó a su repertorio
(aunque mención aparte merece el improvisado ebrio que subió al escenario en
“American Boy” arrimándole la cebolleta a la estadounidense). Después de la
justificada espantada de las Sugababes, Dizzee Rascal
(con
calzoncillos de Armani incorporados, porque se puede ser barriobajero pero con
clase) consiguió con su fórmula de hip hop macarrónico electrónico gracias a
hits como “Dance Wiv me”, “Fix Up, Look Sharp” o el nuevo himno firmado por el
propio Calvin Harris de tintes tranceros, “Holiday”, animar el cotarro hasta
que Kasabian
(a pesar de soñar con transmutarse en Primal
Scream) descargaron su artillería yendo a lo seguro y recreándose en sus dos
primeros álbumes con “Club Foot”, “Empire” y un “Shoot the runner” que
tristemente perdió muchos puntos en vivo a pesar de alzarse como los grandes
vitoreados de la noche. Mientras tanto, en Vicar Street, y después que el
público en este caso tuviera que pasar por caja previamente, The Blizzards
con
sus edulcorados parámetros tan en boca del NME, pasaron sin pena ni gloria y
carentes de carisma (a excepción de su batería) se mire por donde se mire
aunque “Fantasy” resulte perfecta para corearla a las tantas de la madrugada mientras
que OK Go
, incluso después de sufrir en sus propias carnes como
los micrófonos conspiraron en su contra durante cerca de 5 minutos,
convirtieron el escenario en una fiesta de altos vuelos antes de que los
propios The Magic Numbers
, fieles a la poca gracia que les
caracteriza encima de los escenarios, decidieran no deleitarnos con ningún
adelanto de lo que supondrá su próximo largo. The Black Swan Effect
, la
gran sorpresa de la jornada, demostraron por méritos propios que no deben ser
tomados como un mero hype de temporada gracias a temas como “Rat In A Cage” y
dejarnos simplemente atónitos al invitar al propio Ronnie Wood para que les
echara un cable en “Come home”. Después de esta imagen impagable, obviamente, Razorlight
(a pesar de su notable actuación) lo tuvo más que crudo para mantener
inalterable el listón, pero “American” supuso el mejor punto y final para una
jornada de infarto de hedonismo musical en estado puro en la fresca y
pseudoetílica noche dublinesa.

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