Trinity. Historia gráfica del proyecto Manhattan
Comics / Jonathan Fetter-Vorm

Trinity. Historia gráfica del proyecto Manhattan

8 / 10
Jordian Fo — 01-12-2023
Empresa — Big Sur
Fotografía — Archivo

“Ahora me he convertido en la muerte, la destructora de mundos”. Los creyentes del hinduismo se saben de memoria este verso porque aparece en su texto sagrado “Bhagavad Gita”; el resto de mortales lo conocemos porque fueron las palabras que recordó J. Robert Oppenheimer al presenciar la detonación de la primera bomba atómica que él mismo había creado. El proyecto Manhattan fue la misión secreta que permitió a los Estados Unidos de América disponer del arma más destructiva que existía en la época de la Segunda Guerra Mundial y el autor Jonathan Fetter-Vorm nos desvela los detalles de dicho proyecto con esta novela gráfica titulada “Trinity”.

Oppenheimer es el protagonista de esta historia pero en estas páginas salen muchos más: el matrimonio Curie, el físico Rutherford, el escritor H.G. Wells, Albert Einstein, Leo Szilard, el premio Nobel Enrico Fermi, Niels Bohr y, por supuesto, el presidente Harry Truman, el emperador japonés Hirohito y el camarada soviético Stalin. El selecto grupo de científicos que trabajó secretamente en el proyecto Manhattan consiguió replicar la energía primaria del universo, el fuego de los dioses, al generar voluntariamente la primera fisión nuclear: “En la fisión los científicos hallaron al fin la piedra filosofal que fascinó las mentes de los alquimistas medievales. Con la fisión, podríamos por fin convertir el plomo en oro”.

El relato de Fetter-Vorm se presenta como una cuenta atrás hasta la detonación de la primera bomba experimental en la región de Los Álamos, en pleno desierto de Nuevo México, y plantea explícitamente el dilema moral que suponen algunos avances científicos: “Un tonto en un laboratorio, con el detonador adecuado, podría hacer estallar el universo sin darse cuenta”. Pelos de punta, piel de gallina.

Luego de eso ocurrieron los tristes episodios de Hiroshima y Nagasaki que todos conocemos, y el resto es historia que ya escapa del ámbito temporal que abarca esta novela gráfica. Los dibujos de Jonathan son claros y pulcros, destacando especialmente las cuatro páginas dobles que dedica a retratar la devastación de Nagasaki. Imágenes desoladoras que no necesitan palabras.
La historia del avión bombardero Enola Gay es archiconocida gracias a –entre otras cosas– la estupenda canción de Orchestral Manoeuvres In The Dark pero hay detalles de la operación que desconocía. Por ejemplo, que la fuerza aérea norteamericana ya llevaba meses lanzando bombas “convencionales” sobre Japón y que la bomba atómica realmente explotó en el aire, a unos seiscientos metros sobre el suelo de Hiroshima, y no al tocar tierra firme. Siempre se aprenden cosas nuevas en la vida, y más leyendo libros tan necesarios como este “Trinity”.

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