Inercia

“Inercia” fue el debut en la novela gráfica de Antonio Hitos (Huelva, 1985) con el que ganó el VII Premio Novela Gráfica FNAC del 2014 y que ahora reedita Astiberri, editorial que también acoge toda su obra posterior: “Materia” (16) y “Ruido” (23).

El cómic nos muestra la vida de dos jóvenes faltos de aliento y de voluntad de coger el timón de su propia vida. Un día a día de sofá y de apoltronamiento físico y vital. Una existencia de inmadurez, de vivir por inercia, pero sin darle impulso a la propia existencia. Son jóvenes urbanos y hay mucho de cultura urbana (skate, graffiti, cultura gamer, tiendas de discos y videos, y conciertos de rock) en toda la obra de Hitos. Los protagonistas de “Inercia” son, de alguna manera, descendientes de Buddy Bradley; el protagonista del cómic de los noventa "Odio" creado por Peter Bagge. También tienen un vínculo familiar con el personaje de “Tato, con moto y sin contrato” que Albert Monteys publicó en la revista El Jueves durante casi dos décadas.

La narrativa gráfica de Hitos se resume en dos conceptos: repetición y diferencia. Hay un montón de viñetas repetidas o, dicho de otro modo, cada escena conlleva que las viñetas se repitan pero lo hacen con leves diferencias: un gesto, un elemento del decorado, un pequeño desplazamiento, o un cambio de expresión en la cara. Tanta repetición, junto con unas conversaciones larguísimas con viñetas casi idénticas, provocan una lectura muy poco dinámica; pero probablemente es un efecto narrativo que le viene bien a Hitos para representar una vida monótona que incorpora leves matices según pasa el tiempo. El color tiene puntazo lisérgico ya que se limita a un jugar con el amarillo ictericia, el rosa, y el verde sanitario. Su estilo es de línea clara, y sus dibujos parecen cajas de puzzles por montar, con piezas con formas geométricas y diferentes tamaños. La molicie de la juventud de la que se ocupa Hitos está representada gráficamente en todos los personajes por unos ojos inexpresivos; más cercanos a lo zombie que a lo humano.

Hitos no se lo da todo hecho al lector sino que este debe esforzarse para armar la historia. No hay una trama definida y el lector debe decidir qué relevancia y qué conexión tiene cada escena con las demás. Un esfuerzo que es especialmente ímprobo para encontrarle algún sentido narrativo a los frecuentes episodios fantásticos (apariciones y desapariciones de materia molecular, transformaciones corporales de los protagonistas, viajes por el espacio exterior, o insectos mutantes gigantes, etc ) que intercala cada pocas escenas. El lector no sabe bien qué relación tiene Hitos con sus postadolescentes quejicas del no future ya que se los mira a distancia: ¿Los comprende?, ¿los critica?, ¿se burla?, ¿se identifica?... En sus viñetas puede encontrar pistas y razones para sostener cualquier opción… y también la contraria.