Hinterhof. Vida de una dominatrix
Comics / Anna Rakhmanko Y Mikkel Sommer

Hinterhof. Vida de una dominatrix

7 / 10
Laura Madrona — 27-12-2023
Empresa — Garbuix Books

Las líneas a veces se vuelven difusas y complican cualquier tipo de clasificación, pero “Hinterhof”, fruto de la colaboración entre la escritora Anna Rakhmanko y el artista Mikkel Sommer, podría definirse como un tratado gráfico, y no tanto como un cómic. En este sentido, se ajusta a la línea editorial de Garbuix Books, que desde su andadura se ha inclinado hacia la no ficción, con un enfoque humanista y con temáticas que van desde el ecologismo hasta el feminismo, pasando por la política, el arte, la memoria histórica o la sociología.

En “Hinterhof”, entramos en el patio trasero de la vida de Dasa Hink, artista, música y dominatrix berlinesa. Rakhmanko y Sommer nos adentran en esta última faceta de Hink en un relato testimonial, narrado en primera persona, en el que se alternan explicaciones acerca de sus prácticas BDSM y su vida diaria. Aunque ambas facetas están a menudo diferenciadas en la obra mediante un recurso fácil, el del color, lo cierto es que la naturalidad de la narración contribuye a que al final ambas se encuentren de un modo lógico, puesto que Hink entiende esa parte de su vida como una vía más de expresión, como lo pueden ser también la música o las performances. A este respecto, la obra posee un cierto tono didáctico que escapa muy inteligentemente del morbo o del escándalo, e incluso existe una voluntad de que el lector perciba esa faceta como una profesión más, un modo de ganarse la vida tan respetable como otro cualquiera, con sus correspondientes rutinas y su clientela habitual. Hink nos explica sin tapujos en qué consiste su trabajo, cómo se prepara para cada sesión, toda la parafernalia BDSM de fetiches, juguetes y accesorios, las diferentes tipologías de clientes, la relación que establece con ellos, así como algunos ejemplos que dan cuenta de la enorme diversidad de personas que pasan por su estudio.

Me parece importante encarar esta obra sin caer en la trampa fácil de emitir juicios morales precipitados, pero eso no quita que su lectura pueda dar pie a algunos debates, siempre desde el respeto y la empatía, acerca del trabajo sexual. A mi entender este es un punto fuerte del libro: su lectura no escandaliza, o al menos no debería hacerlo, pero tampoco deja indiferente. También es remarcable el trabajo de Sommer, en el que se notan sus tablas como ilustrador, siendo especialmente certero en su manera de mostrar las escenas BDSM, con una sutileza muy sugerente en los detalles.

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