Lo primero que hay que destacar de “Gone” es la magnífica edición por parte de Norma, con numerosos extras, papel de gran calidad y tapa dura. Es una lástima que el contenido no merezca del todo una presentación tan cuidada. Nos hallamos ante el segundo cómic que llega a España de una editorial recién llegada al mercado del indie norteamericano, DSTLRY la cual, desde la distancia, parece querer pugnar por convertirse en “la nueva Image” o “la nueva Boom”.
La primera obra de DSTLRY que apareció en nuestro país fue “Somna” de Becky Cloonan y Tula Lotay, un título ganador de un premio Eisner, que era capaz de combinar una gran potencia visual con una atractiva historia de folk horror, así que teníamos los mejores auspicios cuando llegó el momento de afrontar la revisión de Gone. Lo mejor (y lo peor) de este cómic se resume en el nombre de su autor: Jock, un veteranísimo dibujante escocés que debería ser muy bien conocido por cualquier aficionado al noveno arte.
Se trata de un artista que llegó al mainstream estadounidense en los años noventa del pasado siglo, como parte de la “invasión británica”, la importación masiva de talentos de las islas que acometió DC en esas fechas. Así que no es extraño que encontrará su primer hogar en el legendario Vertigo, el sello desde el que se lanzaron obras ya prácticamente clásicas, como “Sandman”, “Predicador”, “100 Balas” o “Scalped”. De hecho, los primeros cómics que firmó en Estados Unidos fueron escritos por guionistas británicos: “Los perdedores” con Andy Diggle, “Faker” con Mike Carey o “Hellblazer: Pandemonium” junto a Jamie Delano.
Pronto se apreció que su trazo tenebrista, conciso, apoyado siempre en grandes masas de negros, deudor tanto Mike Mignola como de Bill Sienkiewich, iba perfecto tanto a historia de terror como al personaje más “dark” y atormentado del panteón de DC: Batman. Desde entonces Jock ha trabajado en muchísimos títulos y, además, ha incursionado en el cine realizando pósters de películas o como diseñador conceptual de cintas como “Dredd” o “Ex Machina”. Pero hasta fechas muy recientes no se había atrevido a probar suerte como “autor completo”. En 2022 debutó, precisamente con una miniserie protagonizada por el héroe de Gotham, “Batman: One Dark Knight”. Ahora regresa con este “Gone”, una miniserie de ciencia-ficción, con el auxilio del colorista Lee Loughridge,
Nos sitúa en un futuro remoto en el que, sin embargo, no se han atenuado las diferencias entre clases y los problemas económicos. En un puerto espacial, Abi es una adolescente que hace lo posible para su familia, compuesta por su madre y sus dos hermanos pequeños, sobrevivan. Lo hace con una actividad bastante peligrosa, al margen de la ley. Junto a varios amigos de su edad, se “cuela” en los enormes cruceros que usan los ricos y privilegiados para viajar entre diferentes planetas, arramblando con cualquier objeto de valor mientras están atracados (nos imaginamos que se podría usar esta premisa y llevarla a la actualidad, a cualquier ciudad turística del Mediterráneo, como Barcelona, o del Caribe). Pero cuando intentan abordar una de estas gigantescas naves, algo sale mal y ella se queda atrapada en su interior. El “crucero espacial” continúa su viaje, llevándola a ella como polizón. El autor ha comentado que se inspiró en los cómics que leyó en su infancia de “2000 A.D.”, como “Rogue Trooper” o “Juez Dredd”, que unían acción, cifi y una fuerte dosis de crítica social.
Lamentablemente, Jock demuestra en “Gone” que su talento como dibujante se encuentra a varios años de luz de sus habilidades como escritor. La obra nos combina un aspecto visual inmejorable, un sinfín de imágenes poderosas de ese futuro oscuro y distópico, con un desarrollo torpe y confuso. Es una lástima que Jock no haya confiado su idea a un guionista más experto, porque, al menos, en su argumento, “Gone” prometía mucho más de lo que da.
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