The Last Of Us

HBO Max ha apostado por la obra maestra de la empresa desarrolladora de videojuegos Naughty Dog. Y lo cierto es que, a la hora de realizar esta crítica, ha sido complicado separar ambas representaciones de una historia que me conmovió hace años. Por un lado, porque el guion original es buenísimo y se nota por como lo han mantenido en los momentos más dramáticos de la serie. Por otro porque la capacidad de inversión de un videojuego es difícil de superar en el medio televisivo.

Sin embargo, la serie ha sabido hacer que la historia se sienta como propia. Los creadores no han tenido ninguna necesidad de inundar las escenas de infectados, ni de recurrir a la acción o al miedo. Se ha optado por hacer que cada lugar al que viajan Ellie y Joel (Bella Ramsey y Pedro Pascal) contenga su propia historia. La decisión ha sido intrépida porque las subtramas se han nutrido de flashbacks para que sean más grandes e íntimas, como el ya famoso capítulo tres: “Long, Long Time”.

Lo que me lleva al casi  único problema que le he encontrado a la serie. Y es que en ocasiones da la sensación que la trama avanza a trompicones. Cada vez que la relación entre los dos protagonistas se afianza, la serie se permite un flashback centrándose en personajes que no han aparecido aún y con poco peso en la narrativa global. Vale, debo reconocer que varios de ellos están bien escritos, pero parece que el foco central no está fijado en un solo objetivo. Para los fans del videojuego podría suponer un extra, pero lo que considero que le da al videojuego el título de obra maestra es cómo todo confluye en su final, mientras que en la serie esa evolución se presenta más desdibujada.

Y he dicho 'casi' el único problema, porque la serie nos expone a un mundo hostil en el que la supervivencia es prácticamente imposible y en gran parte del metraje,  lo que hace que ese mundo sea así, brilla por su ausencia. Sí, hablo del protagonismo del cordyceps. No quiero que se me malinterprete, el ser humano es el peor enemigo en estas situaciones y apoyarse en el recurso de los zombies es lo fácil y para eso ya tenemos “The Walking Dead”. No obstante, un poco más de infectados hubiese ayudado a generar la tensión que se debería respirar en un mundo en el que, supuestamente, la muerte se encuentra tras cada esquina.

Dicho esto, hay muchas cosas buenas que sacar a relucir. Los guiños constantes, el maquillaje, el mimo por los detalles y la simbología, los decorados, lo significativos que llegan a ser los diálogos y, por supuesto, Bella Ramsey y Pedro Pascal. De este segundo es fácil hablar porque está en su cúspide como actor y desde “Game Of Thrones” y “Narcos” conocemos sus dotes. El punto de discordia estaba con Ramsey de la que se han oído todo tipo de quejas, siempre previas a demostrar que es una Ellie más dura y graciosa que su contrapartida del videojuego. Aunque se convirtió en un meme en “Game Of Thrones” ya mostraba reminiscencias de su capacidad para interpretar este papel.

Hasta ahora nos preguntábamos si era imposible que las adaptaciones de videojuegos funcionaran en película y es cierto que no acostumbran a funcionar, pero “The Last Of Us” ha demostrado que hay gente que está dispuesta a tomárselas en serio para hacer productos de calidad que enganchen al público. Así que dentro de lo que es este nicho, la serie ha sido un avance y solo cabe preguntarse cómo se lo van a montar para representar una de las narrativas más arriesgadas y mejor construidas que he visto en el mundo de los videojuegos con “The Last Of Us: Part II”.