Priscilla

Como cuando se estrenaron “Deep Impact” y “Armageddon” separadas por un breve espacio de tiempo, tenemos la “Priscilla” de Sofia Coppola prácticamente meses después de haber visto en la gran pantalla el majestuoso biopic “Elvis” de Baz Luhrmann. Pero, en este caso, las diferencias van más allá del tratamiento: aquí, Elvis Presley no es en absoluto protagonista y, si en “Elvis” una de las críticas fue la poca profundidad dada a su esposa, “Priscilla” viene a suplir eso.

Coppola parte de algo que no termina de beneficiar a la película: al basarse en el libro “Elvis y yo” (escrito por la propia Priscilla junto a Sandra Harmon), esta historia empieza cuando ella conoce a Elvis, y finaliza cuando termina su relación. Y esto tendría más sentido en uno de esos “biopics parados en el tiempo” de Pablo Larraín, pero no sé si termina de ser coherente con el mensaje que intenta dar una película que, eso sí, decide no villanizar a Elvis, pero tampoco dulcificar la relación entre ambos, sobre todo el inicio.

Con Phoenix (Thomas Mars es el marido de Coppola) y Sons Of Raphael a cargo de la banda sonora, “Priscilla” no ha podido contar con los derechos de los temas de Elvis Presley (ni ha incluido la tan anhelada canción con la que Lana del Rey podría haber ido a los Oscar este año), pero eso juega a favor de obra, ya que refuerza la disonancia entre la vida pública de Elvis y la vida aislada de Priscilla. Cailee Spaney (Copa Volpi de Venecia por este papel) es quizás lo mejor de la función, y Coppola demuestra maestría especialmente en la primera parte, contando todo desde el punto de vista de Priscilla, sin ninguna escena donde ella no esté presente, aunque eso también conlleva a veces que los otros personajes parezcan desdibujados (sus padres) o incluso cercanos a la parodia (el Elvis de Jacob Elordi). Esto se acepta más en esa primera parte, porque encaja más con la “niña”, pero debería variar a medida que Priscilla se hace más adulta, y eso no termina de ocurrir – de hecho, los cambios en su actitud parecen un poco apresurados.