Los anillos de poder' (T 1)

La serie más cara de la historia, la nostalgia de “El señor de los anillos”, con Galadriel y Elrond al mando y el despertar de Sauron como una amenaza inminente. «¡Qué pintaza!», podría pensar cualquiera que, como yo, vio el tráiler cuando lo lanzaron a las redes. Luego, uno comienza a ver los capítulos de “Los anillos de poder” y los continúa viendo y aparece esa sensación de que hay algo que no cuadra, después todo evoluciona a que no es solo un algo, sino que son varios motivos los que hacen de uno de los mundos fantásticos más épicos que se han construido en un producto aburrido y sin substancia.

Amazon Prime tenía todos los ingredientes necesarios para triunfar, pero igual que pasó en la saga de “Star Wars”, no supieron encontrar un nuevo enfoque. O más bien, ese nuevo enfoque está elaborado desde la contradicción. Quiere afianzar al fan antiguo, mientras que desea ser accesible para el nuevo; pretende ser adulta, pero resuelve los conflictos de manera infantiloide; busca ser épica y se queda en un “The Witcher” con mejores efectos especiales. Se nota que no es una historia consolidada, más bien una presentación llena de inseguridades que no deja que las múltiples historias respiren de forma orgánica.

Creo que gran cantidad de estos problemas son debidos al mayor enemigo que ha aparecido en esta época de la Tierra Media: el guion. Este señor oscuro ha castigado a sus personajes con motivaciones endebles, en ocasiones, ni siquiera fuertes para convertirlos en héroes. Por ejemplo, Isildur, el rey que derrota a Sauron en la película “El señor de los anillos: La comunidad del anillo”, que en esta etapa joven de su vida decide ir a la Tierra Media porque, ¿lo siente? Así tenemos a muchos otros personajes que, por no estar trabajados desde la raíz, parecen fichas en el tablero de un juego de mesa y actúan como si alguien los estuviese moviendo. Lo mismo sucede con los conflictos que les surgen a medida que avanza la trama, ya que suelen solucionarse de una escena a otra sin llegar a ganar el peso que merecen. Si le añadimos subtramas que no tienen justificación fuera de los libros, como los tres elfos que buscan al extraño, tenemos una serie pesada y poco atractiva.

Es cierto que se ha dedicado mucho tiempo a cuidar los detalles, que se nota que se ha tomado muy en cuenta el material con el que se ha trabajado dentro de lo que los derechos han permitido, pero más allá, aquello que es original de esta serie, aquello que debería separarla del medio literario, da la sensación de que necesitaba madurar un poco más.

Está habiendo una batalla por ocupar el trono de la fantasía que dejó vacío “Juego de tronos” (por ser un poco redundante), pero ni “The Witcher”, la apuesta de Netflix, ni “Los anillos de poder”, la apuesta de Amazon, parecen contendientes a la altura. Ahora solo queda ver cómo acaba la primera temporada de “La casa del dragón”.