Desencanto (Temporada 5)
Cine - Series / Matt Groening

Desencanto (Temporada 5)

6 / 10
Abel Olivares — 15-09-2023
Empresa — Netflix
Fotografía — Cartel de la serie

¿Es realmente necesario tener que esperar más de un año para continuar tramas inacabadas? Según todo lo que implica la realización de una serie animada, pues igual sí. Lo cierto es que, obligar a la audiencia a quedarse con la miel en los labios para que el desenlace termine siendo desalentador, no tanto. Sobre todo si se trata de la temporada que pone el punto y final a una producción como “Desencanto” –hermana de “Los Simpsons” e hija de Matt Groening–. Hace media década se presentó como una nueva apuesta de animación para adultos, recibiendo rápidamente una positiva acogida por parte del público. La sinceridad expresiva y una explicitud inteligentemente ordinaria son algunos de los factores que nos han mantenido intrigados todo este tiempo hasta poder conocer el epílogo de la princesa Bean y su Reino de Utopía. Desgraciadamente, y contra todo pronóstico, el estreno del pasado 1 de septiembre trajo consigo algo mucho más parecido a un spin-off que un cierre definitivo.

Sin ser mala del todo, está claro que los productores podrían haberse ahorrado esta quinta temporada. De hecho, de haber sido así, nos hubiesen dejado con mejor sabor de boca. Más que nada porque su contenido no aporta nada nuevo; estamos en el mismo punto en el que nos quedamos la temporada anterior. Pero bueno, al menos sigue siendo la misma serie elocuente y divertida con el artefacto cómico colocado en la cúspide de la pirámide de prioridades. Simplemente, hay algo que no acaba de encajar. En cierta medida, debido al argumento mal formulado que obliga a preguntarnos “¿qué está pasando?” a cada rato. Tanto es así que, como espectadores, tendemos a desviar la mirada a subtramas paralelas en las que los personajes secundarios sacan a relucir su psique ficticia, sirviéndose de razonamientos irónicos y gags visuales. En pocas palabras, el producto que nos intentan vender no es más que una maraña de sucesos caóticos que únicamente cobran sentido a través del viaje físico y espiritual al que se somete la protagonista. Y todo para poder hacer frente a su destino. Una “Odisea” de Homero en toda regla, vaya. Si lo pensamos bien, es que funcionan igual; el drama romántico como desencadenante de la determinación por recuperar lo que ha sido arrebatado. Mientras tanto, seremos testigos de una crítica a la sociedad y a sus figuras de autoridad.

A mi modo de ver, producción ha querido efectuar un enfrentamiento amistoso con The Walt Disney Company. Además de intentar emular obras como “El Rey León” (94) o “Star Wars: Episodio V. El Imperio contraataca” (80) -–ambas propiedad de Disney junto con “Los Simpsons” o “Futurama”–, las pullas hacia la multinacional estadounidense abundan. Hay un momento del capítulo ocho que incluso la nombran explícitamente. Ver como madre (rojo) e hija (azul) se desafían al más puro estilo Darth Vader vs. Luke Skywalker es, por lo menos, curioso. Ambos aspectos convierten al público en una figura activa que reconoce las referencias y es partícipe de la conversación. Para verlo todavía más claro solo hay que fijarse en el aldeano desvergonzado que no duda en dar su opinión aunque termine herido por ello. Sus múltiples apariciones favorecen la rotura de la cuarta pantalla que, junto con la reinvención conceptual del diablo (aparentando ser malo pero jugando a ser bueno) y la multiplicidad de personalidades sutilmente integrada, conforman los tres aspectos más interesantes de la temporada.

A resumidas cuentas, la decisión de Netflix por cancelarla es entendible. Fue perdiendo lustre poco a poco. En realidad, nada tiene que ver con el carisma de las producciones más longevas de Matt Groening. Parte de su riqueza narrativa se desperdicia por culpa de la larga espera entre estreno y estreno. Casi que es imprescindible revisitar las temporadas anteriores para poder disfrutarla como es debido, aun cuando los personajes traten de refrescarnos la memoria. En todo caso, a nuestro desencanto lo apacigua el final feliz que este cuento (que poco tiene de hadas) ha recibido.

 

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.