Balada de Pájaros Cantores y Serpientes

El ascenso de Snow al poder, la grieta de su cordura, su primer amor… Todo eso y mucho más nos ha regalado esta nueva entrega de la saga “Los Juegos del Hambre”, dirigida por Francis Lawrence. La película, que se basa en el libro de Suzanne Collins, ha devuelto la fiebre por la saga después de ocho años desde la proyección de la segunda y última parte de “Sinsajo”.

La película transcurre más de 50 años antes de la historia de Katniss, con los décimos juegos y un presidente Snow mucho más joven, con apenas dieciocho años, siendo mentor de la tributo del distrito 12, Lucy Gray. En ella vemos a un Coriolanus joven, atrapado en una familia en bancarrota y con solo un apellido reputado con el que mantenerse a flote. En la primera parte de la película le veremos luchando por el poder y balanceándose entre la línea del bien y el mal como una moneda en el aire, y aunque sepamos su desenlace atendiendo a la historia de Katniss, consigue envolvernos en el dilema moral del personaje.

Esta precuela ha redefinido la narrativa de sus antecesoras, con una historia oscura y a su vez con pinceladas de humor, y con un ritmo acelerado que hace que no quieras pestañear para no perderte nada. En sus bien estirados y aprovechados 157 minutos de duración vemos una de las mejores adaptaciones que se han hecho, manteniendo la esencia del libro y trayendo a la pantalla sus diálogos intactos.

A pesar de esa fidelidad con el libro, la precuela se toma sus licencias creativas cambiando algunos detalles y restando o sumando importancia a algunos personajes; en este caso, le dan más protagonismo al presentador de los Juegos del Hambre, Loco Flickerman, un acierto a mi parecer ya que nos regala algunas de las escenas más divertidas.

Uno de los puntos flojos de la película es el elenco, tema que ha traído mucha controversia desde que se dieron a conocer los nombres de los actores, y es que, si bien Tom Blyth como Coriolanus Snow y Rachel Zegler como Lucy Gray han sido capaces de darle vida y profundidad a sus personajes, se percibe cierta falta de química en la película, empeorado a su vez por todas las escenas recortadas del libro que no dejan ver con claridad cómo se van enamorando. En la película muestran un salto precoz en su historia mientras que en el libro vas palpando esa tensión entre ambos; tensión que apenas da tiempo a digerir en el largometraje por falta de escenas. Y es que, como hemos mencionado, la película es exactamente eso: una muy buena adaptación del libro. Esto ha dejado agradecidos a los lectores y posiblemente confusos a los que no se hayan leído el libro, porque no han podido disfrutar del gradual enamoramiento entre los protagonistas u otras escenas interesantes sobre el resto de personajes.

Asimismo, las actuaciones de Viola Davis, como la excéntrica vigilante de los juegos Volumnia Gaul, Peter Dinklage, como el atormentado decano de la Academia, o Hunter Schafer, como Tigris, la prima de Snow, que tiene un simbólico arco de personaje a pesar de su escaso tiempo en pantalla, se llevan el oro con sus interpretaciones, que no dejaron indiferente a nadie.

Uno de los grandes puntos a favor de la precuela han sido las canciones que canta Lucy Gray, escritas por Dave Cobb, con unas letras y un sonido íntegros sacados del libro. Y es que Rachel Zegler, a quien ya vimos en el musical de “West Side Story” de Spielberg, derrocha talento y hace que todas sus escenas emocionen al espectador.

Pero sin lugar a dudas la mayor virtud de “Balada de pájaros cantores y serpientes” reside en cómo ha revivido un universo distópico que ya creíamos finiquitado con localizaciones y decorado reales, donde han prescindido en gran parte de las pantallas verdes. La estética, a su vez, está muy conseguida, con una escenografía y una fotografía vintage que le hace justicia al contexto de un Panem postguerra.

Además, el final de la película consigue ponerte la piel de gallina después de una montaña rusa de tensión, suspense y acción en dosis moderadas. Está claro que esta precuela le hace justicia al libro y a la saga, dándole vida a la historia de los orígenes del gran villano Coriolanus Snow.