“To Bring You My Love”, la reinvención de PJ Harvey
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“To Bring You My Love”, la reinvención de PJ Harvey

Sergio Ariza — 26-07-2025
Empresa — Universal Music
Fotografía — Carátula del disco

En 1993, en plena época de apogeo del rock alternativo, PJ Harvey era vista como la 'siguiente gran cosa', su descarnado rock había llevado a Steve Albini a grabar con Nirvana y Kurt Cobain se deshacía en elogios hacia ella mientras promocionaba "In Utero".

La inglesa lideraba un trío que completaban Rob Ellis a la batería y Steve Vaughan al bajo. Sus letras, tan descarnadas como su música, eran vistas al pie de la letra, como si fueran totalmente autobiográficas, pero, como ella misma decía, "tendría que tener 40 años y estar totalmente desgastada para haber vivido todo lo que escribo". Pero en la época de la Generación X no estaba bien visto todo lo que no fuera expresar la propia rabia interior, lo que nadie parecía entender es que Harvey no venía de Sonic Youth o de los Pixies, sino de Captain Beefheart y Nick Cave, y su cantante favorito no era Michael Stipe sino Elvis Presley. PJ Harvey estaba preparada para reinventarse y eso es lo que hizo con "To Bring You My Love".

A Polly Jean Harvey se le estaba quedando pequeño el formato trío y no beneficiaba el hecho de que en la última gira comenzara a haber roces entre los tres. Una crónica de la Rolling Stone de la época hablaba de un "abismo personal entre los tres" y dejaba una reflexión de Harvey que anunciaba la ruptura, "Me entristece. No habría llegado hasta aquí sin ellos. Entonces los necesitaba mucho. Pero ya no los necesito. Todos hemos cambiado como personas". También como músicos.

En septiembre de 1993 cuando se subió al escenario de uno de los principales 'Late Shows' de la televisión estadounidense, “The Tonight Show with Jay Leno”, lo hizo en solitario para cantar una escalofriante versión de "Rid Of Me", un mes después aparecería "4-Track Demos", las demos en solitario de varias canciones de "Rid Of Me", además de los esqueletos de otras seis canciones, entre ellas la espectacular "Hardly Wait". PJ Harvey estaba por su cuenta.

Adiós al rock alternativo

La cantante decidió tomarse su tiempo para presentarse en solitario, tras dos discos consecutivos, en 1992 y 1993, Harvey se lo tomó con calma para presentarse en solitario. Su única actuación en 1994 fue el día de San Valentín en los Brit Awardds donde se subió al escenario junto a otra iconoclasta como la islandesa Björk (¿las dos principales artistas femeninas de los 90?) para cantar el "(I Can´t Get No) Satisfaction" de los Rolling Stones. Harvey comenzaba a distanciarse del rock alternativo.

Es más, las noticias del suicidio de Kurt Cobain le llegaron desde su reciente adquirida casa de campo, cerca de la casa de sus padres, en Yeovil, no tenía ningún interés en recoger la corona. Desde allí, casi aislada del mundo ("No tengo vecinos. Cuando miro por la ventana, sólo veo campos") comenzó a escribir las canciones de "To Bring You My Love". Esta vez, iba a quedar más claro que nunca que Harvey, como compositora, era una narradora no una cantautora confesional, y como intérprete, era una actriz capaz de meterse en múltiples papeles, una madre infanticida, una amante herida o una devota de Dios y del Diablo.

Musicalmente iba a dejar clara sus influencias pero también iba a ampliar su paleta, liberada ya de las restricciones del trío. "To Bring You My Love" bucea en fuentes como Captain Beefheart, la primera frase del disco, es la misma que abre el debut de Van Vliet y compañía, "Safe As Milk", "I was born in the desert", mientras que la segunda, "Meet Ze Monsta", es una respuesta a otra de sus canciones, "Tropical Hot Dog Night". También hay un par de guiños melódicos en otro par de canciones. Pero, aparte de eso, también se pueden escuchar cosas de Howlin' Wolf, Leadbelly, Siouxsie o Nick Cave, con el que comparte su fascinación por los asesinatos, las referencias bíblicas y el tormentoso blues gótico americano.

Joan Crawford en ácido

No es de extrañar que entre sus colaboradores aparezca Mick Harvey (sin ninguna relación familiar), el capitán de los Bad Seeds del propio Cave, y es que "To Bring You My Love" se puede ver como el hermano de "Let Love In", y siendo los dos grandes discos, puede que el de Harvey sea el mejor de la pareja.

Y es que esto es una reinvención total de la artista, algo que se puede ver desde la portada donde pasamos del crudo blanco y negro de "Rid Of Me" a los saturados rojos de "To Bring You My Love", como si sustituyéramos a la Ofelia del cuadro prerrafaelista por una estrella de cine de la Edad Dorada de Hollywood, o como lo llamó la propia Polly Jean, "Joan Crawford en ácido".

En "To Bring You My Love" Harvey utiliza su tormentosa sensualidad y su tórrida teatralidad para meterse en la piel de diferentes arquetipos femeninos exagerados con la fuerza de una actriz del método. Quien todavía buscara rastros autobiográficos lo iba a tener difícil pero, aun así, su fuerza interpretativa hizo que algunos críticos todavía llegaran a pensar que la verdadera PJ Harvey estaba detrás de todo, fuera lo truculento que fuera. Poco tiempo después la propia artista comentaría con sorna "algunos críticos se han tomado mis letras tan al pie de la letra que escuchan "Down by the Water" y creen que he dado a luz a una niña y la he ahogado".

Debajo del agua

Y es que es imposible hablar de este disco y no hacerlo de la canción que lo presentó y con la que Harvey se reinventó de manera definitiva, "Down By The Water". Con ella Harvey se apartaba definitivamente del rock alternativo para crear una especie de blues electrónico en el que caben las rimas infantiles, los estribillos melódicos y las madres que ahogan a sus propios hijos en el agua. La canción sonaba tan fresca y original entonces como lo sigue haciendo ahora. Harvey había encontrado su propio camino y, desde ese momento, su música solo podía calificarse como suya propia, no reducida a una etiqueta.

Pero no era la única sorpresa de un disco lleno de ellas, Harvey entregaba dos de las melodías más certeras de su carrera con las acústicas "C'mon Billy" y "Send His Love to Me", en las que se pueden encontrar toques folk o arreglos de cuerdas. Si con ellas demostraba que la fiera de antaño también podía escribir ganchos pop, las interpretaciones vocales eran puro magisterio melodramático, la primera una desgarradora súplica de una madre al padre de su criatura para que se haga cargo de ella y la segunda otra plegaria desatendida a Dios de una mujer separada de su amante.

El vudú de PJ Harvey

Pero había mucho más en este disco que se abría con la canción titular, un blues gótico que marcaba el camino lírico por el que se iban a mover el resto de canciones, mujeres desesperadas que "se han acostado con el diablo, maldecido al Dios de arriba, abandonado el Cielo para traerte mi amor". "Meet Ze Monsta" y "Long Snake Moan" eran los trallazos que construían puentes con la abrasión de sus primeros discos, pero aquí PJ Harvey suena más teatral que nunca, en la segunda hay riffs sucios y estallidos de ruido que detonan como bombas mientras se mezclan con su abrasadora voz, la cantante se desgañita cantando sobre ahogamientos, sexo y resurrección "Es mi vudú que funciona" grita como si hubiera encontrado el 'mojo' de Muddy Waters.

En la fascinante "The Dancer", todo el drama y la desesperación del disco alcanzan su clímax. Es una canción con un órgano humeante en el que se dan cita pasajes que parecen sacados de Ennio Morricone, una influencia que también se puede escuchar en “Teclo”, una especie de respuesta del “Teclo's Death” del compositor del Spaghetti Western en la que Harvey vuelve a dar voz no al Teclo de la canción de Morricone, sino a una de sus amantes. Y es que este disco se puede ver como una colección de personajes femeninos extremos a los que da vida la propia Harvey.

Eso se nota en “The Dancer” donde Harvey termina aullando de dolor, cerrando el disco como empezó, con otra mujer despreciada deshecha por el deseo y el desamor, anhelando lo que ya no está en su "negro y vacío" corazón. Puro melodrama hecho música.

El disco apareció finalmente un 27 de febrero de 1995 y fue un éxito tanto de público, incluso abriéndole las puertas del mercado estadounidense gracias al impacto del vídeo de "Down By The Water", como de crítica. Cuando el 16 de agosto del 95 fue a la BBC a presentar el disco, en un programa que se llamaba "Brit Pop Now", utilizó dos canciones que parecían contrapuestas pero a las que su interpretación hermanaba. Primero estaba la melodramática "The Dancer" cantada enteramente con los ojos cerrados, como si estuviera en un funeral, por otro, la amenaza de "Meet Ze Monsta" en la que se libera y se mueve como una mezcla entre Elvis y Nick Cave. Harvey se había establecido definitivamente como una de esos pocos artistas con una música y un mundo totalmente propios, como su adorado Captain Beefheart, alguien que no pertenecía a ningún género o movimiento, ni al rock alternativo ni, desde luego, al Britpop. PJ Harvey era un género en sí misma.

Muy poco tiempo después el propio Nick Cave la llamaría para colaborar con él en "Henry Lee", una de las canciones de su disco de baladas asesinas que aparecería al año siguiente. Grabando el vídeo vieron el uno en el otro un semejante y, a la vez, algo único, con el australiano cayendo hechizado, como el resto del público, ante PJ Harvey. Quedaba claro que su vudú funcionaba a todo rendimiento.

 

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