Entrevista con el periodista musical británico Simon Reynolds
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Entrevista con el periodista musical británico Simon Reynolds

JC Peña — 02-10-2025
Empresa — Caja Negra
Fotografía — Archivo

El periodista musical británico Simon Reynolds visitó Madrid para firmar sus diversos libros y protagonizar una charla junto a C. Tangana en el marco del Festival de las Ideas. Momento ideal para conversar con él.

Nos encontramos en la librería del museo Reina Sofía donde va a tener lugar la firma. Le ha traído Caja Negra Editora, la firma con sede en Buenos Aires que publica en español casi todos sus libros, incluyendo el último, “Futuromanía”: una colección de piezas en las que Reynolds derrocha entusiasmo hacia la música electrónica, y que se llevó un rotundo diez en nuestra sección de reseñas.

El británico –que da clases en California, donde vive– aparenta veinte años menos –no exagero– y es un tipo encantador. Reynolds es una máquina de asociar ideas. Y un melómano sin reservas, que ha puesto su pasión al servicio de clásicos como “Retromanía” –aguda reflexión sobre nuestra obsesión por reciclar estéticas del pasado–, “Como un golpe de rayo” –sobre el glam– o su brillante ensayo sobre el post-punk, “Romper todo y empezar de nuevo”.

“Hice ‘Futuromanía’ en parte porque ‘Retromanía’ había dado esa imagen del tipo deprimido y gruñón que se quejaba de lo mala o regresiva que es la música. Quería cambiar eso un poquito, mostrando textos que son muy apasionados. Muchas cosas las escribí mientras sucedían, como el auge del Auto-Tune, o la música rap actual, cosas que me entusiasmaban. Pero incluso en las piezas históricas de más tiempo atrás estoy hablando de música que me encantó en su momento. Me acuerdo perfectamente de cuando salió ‘I Feel Love’ (Giorgio Moroder y Donna Summer). Me cautivó lo futurista que sonaba. Así que todos los artículos están escritos desde el entusiasmo sobre la música”, explica. A esto se suma que “cuanto más lo pienso, más creo que encaja con ‘Retromanía’, porque muchos de mis libros tratan de las distintas relaciones con el tiempo. ‘Retromanía’ mira atrás hacia música que me gusta mucho, y cómo nos obsesionamos con el pasado. Está lleno de ideas sobre el pasado, fantasmas y recuerdos. Eso me parece potente: la idea de la música, la memoria y los fantasmas de tu pasado. Pero la temporalidad de este libro es como ver algo que se mueve rápido, que va hacia el futuro, una sensación que tuve especialmente en los noventa, cuando estaba metido en la cultura rave”.

“Puedo entender por qué Oasis le gustan a la gente”

Reynolds, autor también de “Energy Flash”, vivió a fondo la explosión de Madchester, la cultura house y el techno, en unos años en los que el rock empezó a mirar de manera obsesiva y poco interesante al pasado. Una paradoja que, en su opinión, no es tan rara en la historia de la música. “Creo que ambas cosas pueden suceder simultáneamente. Cuando el material ‘futurista’ domina, sucede porque hay alguna nueva tecnología. En los sesenta se hacían muchísimas cosas nuevas con la guitarra eléctrica y dentro del estudio de grabación. Había un énfasis en lo nuevo, pero también había folk interesante y blues más viejo: The Incredible String Band hacían canciones de folk. Lo curioso es que The Beatles metieron música tradicional hindú dentro del rock. En los setenta hubo un gran revival del rock and roll de los cincuenta, pero al mismo tiempo hubo grupos que empezaron a hacer cosas nuevas, como los alemanes Can y Neu!, o Roxy Music”.

Hablando de alemanes, es imposible infravalorar la influencia gigantesca de Kraftwerk en la música futurista. Ellos y el italiano Giorgio Moroder sentaron las bases de una cultura que tendría innumerables ramificaciones en las décadas posteriores. “Hay algo en la música electrónica que no es anglosajón. El rock es muy americano. Los británicos y los europeos lo llevaron en muchas direcciones, pero sus raíces son esencialmente formas americanas de folk, blues y country. En cambio, la música electrónica es internacional porque se basa en la tecnología. Gran parte de esa tecnología viene de Japón, pero se ha abierto completamente a los europeos”. Aunque matiza “Culturalmente la música electrónica no tiene nada de japonesa, porque se trata de las máquinas. De algún modo, los europeos asimilaron la electrónica como algo propio. Una cosa que siempre me ha alucinado, quizá lo menciono en el libro, es lo enormes que son Depeche Mode en Alemania y Europa del Este”.

Como periodista y melómano, Reynolds pasó del hip-hop primitivo de los ochenta al house y al techno –gracias a sus visitas a Estados Unidos– y finalmente al jungle, que era como una suma frenética de todo. Este género cocinado en Reino Unido le cautivó, como el “bleep” del norte de Inglaterra. “Mucho venía de Sheffield, una ciudad industrial del norte de Inglaterra. Detroit era también una ciudad industrial en declive. Tenía esa frialdad, una cierta desolación”. No es casual que esa estética pegara tanto también en Manchester.

Reynolds le dedica un artículo largo y extenso al Auto-Tune, esa herramienta que, nos guste o no, ha marcado la música en lo que va de siglo. “La primera vez que yo pensé que podía ser creativo fue escuchando el disco de Kanye West808s & Heartbreak’”. Otros pioneros en usarlo de forma experimental fueron Radiohead, aunque Reynolds cree que en este momento “no se puede llevar más lejos”.

Si tiene que elegir uno, el periodista coloca a “Frequencies” de los visionarios de Leeds LFO como su álbum electrónico de cabecera, con su sonido minimalista cuya influencia llega hasta hoy. Aunque es evidente que no tiene mucho interés en la nostalgia, el autor de “Retromanía” afirma que “puedo entender por qué Oasis le gustan a la gente, porque han hecho un puñado de canciones muy buenas”. Harina de otro costal es su influencia excesiva en la música británica, o el sistema dinámico de venta de entradas que han habilitado para sus conciertos. Tratar esto nos llevaría otra conversación entera. Tendrá que ser la próxima vez.

 

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