Igual que 2002 o 2006, 2022 va a quedar como uno de los mejores años del cine español del siglo XXI. La gran distinción es que no ha hecho falta recurrir a los clásicos. Ha sido un año sin Almodóvar, sin Fernando Trueba, sin Alejandro Amenábar, sin Aranoa, sin Javier Fesser, sin Isabel Coixet y sin que Álex De la Iglesia haya destacado (excepto en taquilla) pese a tener dos películas. Es un año que certifica la renovación del cine nacional y nuestro listado es un reflejo de eso. A excepción de Alberto Rodríguez y su modélico thriller político “Modelo 77”, este top concentra las nuevas voces y miradas del cine español: Rodrigo Sorogoyen se consolida como uno de los faros con su rotunda “As Bestas”, igual que lo hace la sensibilidad de Carla Simon en “Alcarràs” o de Isaki Lacuesta en “Un año, una noche”, que configuran la tríada de la cima. Destacan los debuts de Carlota Pereda con su aproximación al terror rural en “Cerdita” y Alauda Ruiz de Azúa y su precisa capacidad de observación en “Cinco lobitos”.
En este resumen de la reconstitución del panorama cinematográfico no podía faltar la mirada turbia de Carlos Vermut y su “Mantícora”, la salvaje cinta de animación “Unicorn Wars” de Alberto Vázquez y la inmersión en la realidad de Pilar Palomero y “La Maternal”. Y a modo de remate conceptual a lo ya dicho Fernando Trueba deja paso a su hijo Jonás Trueba en la melancólica “Tenéis que venir a verla”. En un año tan rico se han quedado fuera títulos apreciables como “Pacifiction” de Albert Serra, “Las gentiles” de Santi Amodeo, “El agua” de Elena López Riera, “La piedad” de Eduardo Casanova, “Suro” de Mikel Gurrea, “Espejo, espejo” de Marc Crehuet, “Voy a pasármelo bien” de David Serrano, “La consagración de la primavera” de Fernando Franco... J. Picatoste Verdejo.
1.- As bestas
Dirección: Rodrigo Sorogoyen
La rapa das bestas es una tradición en la que un grupo de personas, llamadas aloitadores, únicamente con destreza y movimientos milimétricos inmovilizan a caballos para cortarles la crin. No cuento esto sin motivo, pues son las primeras imágenes de “As bestas”, la nueva película de Rodrigo Sorogoyen y también es como te sientes al verla; inmóvil, impotente y sumiso ante una historia que te absorbe desde que ves al caballo de la rapa calmar su respiración poco a poco.
“As Bestas” recapitula toda la trayectoria de Sorogoyen y la hace avanzar hacia una nueva cúspide al confiar en riesgos narrativos importantes, una banda sonora que juega entre la percusión, la melodía y los silencios, unos villanos redondos y comprensibles, un protagonista quijotesco y una ambigüedad de género que no dejará al espectador tranquilo. Parte de la tensión que nos asfixia en la película proviene de la tendencia del director, a utilizar la steady cam y los planos secuencia que nos agitan, nos absorben y nos meten de lleno en un drama rural, en un thriller, en una película de un terror cotidiano, en una historia de amor, en el choque entre el idealismo y lo racional, en la bestialidad que llevamos dentro, en la sensibilidad que nos aleja de nuestro salvajismo. Luis de la Iglesia
2.- Alcarràs
Carla Simón
Alcarràs nos permite ver el funcionamiento de un modelo de vida que ha quedado obsoleto para algunos, pero que sigue siendo una realidad para muchos otros. En esta película también se reivindica la pluralidad en el campesinado y se da valor a la función de las mujeres en esta actividad milenaria. Alcarràs es una obra sencilla que nace de la verdad más absoluta y que demuestra que es posible llenar cines contando historias de una forma diferente. Mar Rubio Boné
3.- Un año, una noche
Isaki Lacuesta
En la filmografía de Lacuesta, pródiga en la reflexión sobre los límites de la realidad y la ficción, “Un año, una noche” supone el primer largometraje de ficción basado en un hecho real concreto: el atentado del 13 de noviembre de 2015 en la sala Bataclan de París. A partir de la obra “Paz, amor y death metal”, de Ramón González, superviviente del ataque, el film se distancia plenamente de una crónica de sucesos para centrarse en las consecuencias del asalto, no físicas, sino morales y psicológicas. J. Picatoste Verdejo
4.- Mantícora
Carlos Vermut
“Mantícora” luchará pacientemente por convencerte de que la pantalla de cine no debe ser un espejo, sino una pantalla. El éxito de Vermut reside en su capacidad por invocar lo repulsivo a través del gesto, nunca ejercido pero sí imaginado. Podemos entender este cuento virtual-costumbrista como provocación o como defensa del cine como antítesis de empatía. Yo prefiero lo segundo. De esas que te desmontan y te dejan a la intemperie. Daniel Grandes
5.- Unicorn Wars
Alberto Vázquez
“Unicorn Wars” es la manzana envenenada del cine español de este año.
Este cruce alucinógeno y despiadado entre la inocencia naif de “My Little Pony” y la crueldad existencialista del mejor Coppola fue, sin lugar a dudas, una de las sorpresas de la pasada edición del Festival de Sitges. Una joya de animación y de pesimisto cute que ha supuesto una de las sorpresas de la temporada y una futurible película de culto. Daniel Grandes
6.- Modelo 77
Alberto Rodríguez
Alberto Rodríguez acude nuevamente al pasado para firmar una película que nos habla directamente del ahora. Ya sucedió con “El hombre de las mil caras” o en “La Peste”. Es muy valiente hacer una película así, sobre hombres encerrados, retenidos con leyes injustas, provenientes de gobiernos sin autoridad constitucional, custodiados por funcionarios con ínfulas de guardianes del orden, cuando todavía vemos los estragos de las políticas que rodearon la pandemia del Covid por el retrovisor. Luis M. Maínez
7.- Cerdita
Carlota Pereda
No por manido, es menos necesario retratar con crudeza el drama del acoso y sus devastadoras consecuencias. Aunque bien comprobamos que ésta no es la principal intención de Carlota Pereda para su primer largometraje, pues la cineasta sabe ampliar las entrañas de su relato –originalmente sacado de un corto– con el fin de convertir una trama previsiblemente trillada y desgraciadamente familiar en un dilema terrorífico que nos hará rascar en el fondo de nuestra moralidad. Fran González
8.- Cinco lobitos
Alauda Ruiz de Azúa
En la opera prima de Alauda Ruiz de Azúa, nos encontramos ante todo con un magnífico duelo de actrices de distintas generaciones: Susi Sánchez y Laia Costa. Ellas son, respectivamente, una abuela severa y arisca y una madre joven que intenta criar a su primer bebé desde una creciente inseguridad, dos personajes fáciles de reconocer. “Cinco Lobitos” nos trae una notable película sobre ese núcleo claustrofóbico de afectos, traumas y desconfianzas que es la familia, llena de cargas de profundidad bajo una superficie de costumbrismo. José Martínez Ros
9.- Tenéis que venir a verla
Jonás Trueba
Tan real que la etiqueta de ficción se ha despegado un poco y está sujeta con pinzas, “Tenéis que venir a verla” es un relato breve de amistad y convivencia entre parejas en la treintena, cuya receta, con una pizca de Carver y un toque de Linklater, no es novedosa pero sí encantadora. Así, la nueva obra de Jonás Trueba es una película ideal si te gusta el cine y tienes una visión de vida cargada de optimismo y melancolía al mismo tiempo. Luis M. Maínez
10.- La maternal
Pilar Palomero
Tras el éxito de “Las niñas”, Pilar Palomero se confirma como una de las directoras más interesantes del cine español actual. Narra la odisea vital de Carla, una adolescente de apenas catorce años, borde, rebelde, recluida en un centro de menores tras quedarse embarazada. Palomero, con un estilo preciso y sensible, centra su mirada en el tejido de relaciones que se establece entre las jóvenes, entre las madres precoces y los adultos que intentan ayudarlas a afrontar sus nuevas responsabilidades. José Martínez Ros
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