Una visita al Festival de Cine de Zagreb
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Una visita al Festival de Cine de Zagreb

Jordi Picatoste Verdejo — 22-11-2023
Fotografía — Archivo (Teacher's Lounge)

Recientemente he tenido la oportunidad de visitar el Festival de Cine de Zagreb (ZFF), que durante una semana, del 6 al 12 de noviembre, celebraba su 21ª edición. Con una competición oficial dedicada a primeras películas, las secciones paralelas permitían ver algunos importantes títulos internacionales estrenados anteriormente en festivales de primera categoría como Cannes, Berlín o Venecia.

Sin embargo, el festival se presentaba como una buena ocasión para conocer el cine realizado en la península balcánica (y más allá), que, por lo general, apenas se ve en el suroeste de Europa. Así, nada más llegar ya tuve la primera sorpresa, "Lost Country", de Vladimir Perisic, cinta que sí se estrenará entre nosotros en 2024, un contundente drama, cuyo personaje principal, premiado debut de Jovan Ginic, funciona como símbolo de un país, la Serbia de los noventa, dividido entre el pasado y los nuevos aires: un adolescente se siente atrapado entre los ideales defendidos por su madre, una política socialista corrupta encarnada sin aspavientos por Jasna Duricic (la alabada protagonista de "Quo Vadis Aida?") y la voluntad de cambio que promueven sus compañeros estudiantes, quienes, a su vez, lo miran con desconfianza por sus lazos familiares. El film transmite la opresión, confusión y desamparo que siente el protagonista y tiene un final audaz e inolvidable que remite lejanamente al de "Los 400 golpes".

De Macedonia llegó la apreciable tragicomedia "Housekeeping For Beginners", de Goran Stolevski, candidata de ese país a los Oscars. Con una trama excesiva repleta de personajes excesivos, la película encuentra el equilibro en la interpretación de la siempre espléndida Anamaria Marinca (la protagonista de la rumana "4 meses, 3 semanas, 2 días"). La acción se sitúa en una casa que sirve de refugio a personas apartadas de la sociedad, especialmente de la comunidad LGTB, que viven como una familia. Marinca se ve impelida por su pareja, gitana enferma de cáncer terminal, a casarse con otro de los residentes de la casa, gay, para poder adoptar así a los hijos de la moribunda, que, de esa manera, gozarán de mayores recursos. Bajo la apariencia de sitcom estridente, la cinta se las ingenia para ir abordando temas graves como el racismo, la homofobia, la violencia y la diferencia de oportunidades.

Por su parte, "Excursion", de Una Gunjak, candidata de Bosnia para el Oscar, deja la sensación de no haber profundizado todo lo debido en el atractivo punto de partida del que se sirve: la aceptación de una mentira y la difusión de la misma por parte de la víctima, en este caso, una adolescente de la que se afirma que ya ha perdido la virginidad, no siendo cierto. Honesta y respetuosa en su retrato de la adolescencia, la cinta acaba dando menos de lo que promete.

Del norte de Europa llegó la delicia islandesa "Solitude", de Ninna Pálmadóttir, lastrada, sin embargo, por un final dubitativo. Lástima, porque la relación entre un hombre solitario obligado a trasladarse, tras una indemnización millonaria, del campo a la ciudad, y un niño, de padres separados, nuevo vecino suyo, tiene momentos de gran emoción, conseguidos, además, con la sabia decisión de no utilizar en ellos música que dirija los sentimientos del espectador.

La infancia y la adolescencia han sido una constante en los films de la competición. La mexicana "Radical", de Christopher Zalla, pasa a engrosar la lista de películas con profesor benefactor (aquí, Eugenio Derbez, el que fuera también enseñante en "CODA") en una escuela de entorno conflictivo. Basada en hechos reales, la cinta es tan eficaz y emotiva como poco novedosa, salvo alguna imagen poética remarcable.

Finalmente, al jurado, compuesto por las productoras Renée Hansen y Labina Mitevska y Sebastian Meise, director de "Great Freedom", se decidió por la británica "How To Have Sex", de Molly Manning Walker, uno de los films revelación de la temporada, ya desde su premiado visionado en Cannes. Cruda visión de la pérdida de virginidad en un contexto hipersexualizado en el que el consentimiento queda difuminado, la película conecta con la actualidad y permite debates importantes, lo que, en parte, ha motivado al jurado para premiarla. Sin embargo, hubiera sido más provechoso que los tres miembros se hubieran decantado por alguna cinta menos conocida en el circuito festivalero, tanto para dar más visibilidad a esa obra, como para que el certamen croata pudiera diferenciarse y marcar su propio camino.

(Hay que mencionar que también concursaban dos cintas ya estrenadas en España: la americana "Vidas pasadas", de Celine Song y la española "20.000 especies de abejas", de Estibaliz Urresola).

En cuanto a los títulos esperados en secciones paralelas se vieron, entre otras, la espléndida "El rapto", de Marco Bellocchio, cine brioso y punzante sobre un tremendo episodio histórico relacionado con la Iglesia Católica; la notable revisión del cine judicial "Anatomía de una caída", de Justine Triet (aunque, tal vez, le venga un poco grande la Palma de Oro); y el enésimo -y por eso, menos sorprendente- ejercicio (pulcro) de estilo de Sofia Coppola en "Priscilla".

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