A priori suena raro, pero no lo es tanto si pensamos que ambos popularizaron entre la América Blanca y suburbana dos músicas con claras raíces negras, convirtiéndose en los artistas más famosos de dichos géneros, el rock & roll y el hip hop, y siendo despreciados por los elementos más rancios de la sociedad que consideraban que estaban degradando y siendo una mala influencia para la juventud de su época.
Los dos venían de familias pobres, lo que en EEUU se conoce como 'white trash', que vivían en barrios con mayoría de población negra, con lo que pudieron beber de las raíces de su música de la fuente principal, también, a los dos los aceptaron y fueron reconocidos por los músicos negros de su época mientras que se les denigraba y se les hacía de menos por los integrantes de generaciones anteriores que creían que la música que les gustaba era muy superior a la que estos dos desgraciados traían, en la época de Elvis eran los que adoraban el jazz y a Sinatra, en la de Eminem, era el público rock...
Y hasta ahí las similitudes. Y es que Elvis estuvo ahí junto a Little Richard y Chuck Berry en los comienzos del rock & roll, mientras que Eminem se hizo un hueco en el hip hop, cuando el género llevaba ya más de 20 años establecido. Además mientras Elvis grabó "That's Alright, Mama" a los 18 años, Eminem no saltó a la fama hasta casi cumplidos los 27 años, la edad en la que las estrellas de rock solían dejar un bonito (y estúpido) cadáver.
Eminem se convierte en Slim Shady
Así que después de este prólogo, pongamos un poco de contexto, estamos en marzo del año 2000, y Eminem está grabando su tercer disco, ese año va a cumplir 28 años y se ha convertido, de la noche a la mañana, en el rapero más famoso y controvertido del mundo. Su primer disco, "Infinite", publicado en 1996, fue un fracaso de crítica y de público, lo que le llevó a desarrollar el personaje de Slim Shady, un alter ego violento y sádico con el que poder sacar toda su rabia y angustia. Y era mucha, su vida hasta hace nada parecía sacada de una novela de Dickens, abandonado por su padre, recibe palizas de matones en el colegio, tiene un entorno familiar disfuncional, vive en la pobreza más extrema y ha tenido hasta un intento de suicidio, pero, de repente, Dr. Dre escucha su maqueta y su segundo disco, "The Slim Shady LP", vende casi 300.000 copias en su primera semana y debuta en el número 2 de Billboard. Hasta logra un éxito en la lista de sencillos con "My Name Is".
De vivir en una furgoneta, pasa a ganar miles de dólares a la semana, de ser despedido a las puertas de Navidad con solo 30 dólares en el bolsillo para comprarle un regalo a su hija, pasa a tener todo lo que necesita pero eso no le quita la rabia y la angustia que lleva dentro. Un mes antes, en febrero del 2000, ha ganado su primer Grammy por "My Name Is", en una gala en la que las grandes estrellas han sido los Backstreet Boys, Ricky Martin, Christina Aguilera y la más famosa del momento Britney Spears. En las listas triunfan, además de los nombrados, NSYNC, Enrique Iglesias, Toni Braxton o Destiny's Child, era el inicio del reinado del Pop y del Poptimismo, pero Eminem odiaba con fuerza esa música, aunque con este "The Marshall Mathers LP" iba convertir el rap en la música más lucrativa y comercial del momento, en el nuevo Pop.
Desde luego no lo hizo amoldándose a nada, este es quizás su disco más misántropo, misógino, violento y sórdido. La fama y el dinero no le han hecho más feliz, "The Marshall Mathers LP" es un largo quejido desilusionado, el estatus de celebridad sólo ha multiplicado las oportunidades para que la humanidad le decepcione una vez más y saque su parte más fea e interesada, dejando claro que la vida es para él sólo una larga decepción. En el transcurso del disco Eminem o Slim Shady viola a su madre, mata a su mujer y entierra el cadáver de su productor, Dr. Dre, en el sótano.
El capote de Johnny Cash
El mundo puso el grito en el cielo ante sus letras y los medios de comunicación se creían que cada palabra que salía de su boca era un hecho probado. Así que tuvo que ser otro gran contador de historias a través de la música, un compañero de Elvis en los primeros tiempos en Sun Records, Johnny Cash, el que saliera en su defensa en la revista 'Spin', echando abajo las acusaciones de que el disco fomentaba la violencia y asegurando que la canción más popular del siglo XIX era la violenta canción folk "Jesse James" y que tampoco nadie había recreado el asesinato que él contaba en su propia "Folsom Prison Blues", en la que disparaba alguien solo para verle morir.
Pero es que aquí Eminem sacaba lo mejor de sí mismo en una de las mejores canciones del género, que le confirmaba como excelente narrador de historias, se trataba de "Stan" e iba a convertir el nombre de su protagonista en el sinónimo de "un fan excesivamente entusiasta u obsesivo de una celebridad en particular", según el diccionario de Oxford. Y es que la habilidad de Marshall Mathers para contar historias truculentas era, sencillamente, excepcional. Aquí se mete como primera persona, Eminem habla de un seguidor suyo obsesionado que le escribe cartas donde le va contando su vida, pero la obsesión de este con su persona es tal que termina volviéndose loco y arrojándose con el coche con su mujer y embarazada por un puente. Lo increíble es que Eminem es capaz de entender las dos perspectivas, sabiendo que Stan podría haber sido él perfectamente de no haberlo logrado con la música.
Por supuesto, otra gran parte del éxito de la canción se debe a ese caramelo de estribillo a cargo de la cantante Dido que le daba el perfecto gancho para que Eminem relatara una de sus mejores historias hasta su trágico final. Pero es que, a pesar de ciertas concesiones, el gran protagonista del disco seguía siendo el incansable 'flow' del rapero, un hombre que parecía no necesitar respirar para escupir sus venenosas rimas. El objetivo del rap, para Eminem, era abrumar, por eso era tan bueno en las peleas de gallos, el tipo es uno de los grandes MC's de la historia, puede que ni siquiera este disco sea un clásico impoluto a la altura de un "Illmatic" o un "To Pimp A Butterfly", Eminem no ha sido nunca un innovador, pero como MC tiene muy pocos rivales.
Un torrente vertiginoso
Durante 70 minutos, estás fascinado por el espectáculo de un Mathers que acribilla con sus palabras, un torrente vertiginoso de ira, manipulación, patetismo y un festival de versos escabrosos. A veces es simplemente una letanía: "Sangre, tripas, pistolas, cortes, cuchillos, vidas, esposas, monjas, putas" o "Joder, mierda, culo, zorra, coño, shooby-de-doo-wop, skibbedy-be-bop", otras es mucho más complejo pero siempre la fuerza del 'flow' de Eminem a lo largo del disco es estremecedora, y el rapero tiene el gran mérito de no parar a coger aire en ningún momento. Es más divertido y a la vez más oscuro que "The Slim Shady LP".
El disco seguía basado musicalmente en el G-Funk de Dr. Dre pero con un elemento más sintético y agresivo, algunas de las mejores canciones del mismo fueron, además de la imprescindible "Stan", gemas como "Kill You", la personal "The Way I Am", la cómica y, a la vez, irresistible, "The Real Slim Shady", la calmada "Marshall Mathers", la coral "Bitch Please II", esa canción de anti amor como "Kim", la presentación de su grupo D12 con "Under The Influence" o el final con "Criminal".
El disco apareció finalmente un 23 de mayo del año 2000 y decir que fue un éxito sería quedarse bastante corto. En su primera semana vendió 1 millón 780 mil copias, siendo uno de los discos con mayores ventas durante en esa primera semana, doblando al disco de hip hop que más había vendido hasta la fecha, el "Doggystyle" de Snoop Doggy Dogg (que por cierto también aparecía en este disco) allá por 1993.
Pero más significativo fue el hecho de que desplazara del número 1 al nuevo disco de Britney Spears, “Oops!... I Did It Again”, logrando algo parecido a lo que había pasado casi un década atrás cuando Nirvana quitó con "Nevermind" el número 1 al "Dangerous" de Michale Jackson. A partir de este momento el hip hop se convirtió en el nuevo dominador de las listas y lo hizo a lomos de un disco que se convertiría en el disco más vendido de la primera década del Siglo XXI con 32 millones de copias vendidas.

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