Especial 20 años Azkena Rock Festival : Un sueño rockero hecho realidad
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Especial 20 años Azkena Rock Festival : Un sueño rockero hecho realidad

Urko Ansa — 09-06-2022
Fotografía — Rhythm & Photos / Music Snapper

Parece ser que por fin ha llegado el momento de un nuevo Azkena Rock Festival, el número diecinueve, y ha querido el destino (y el maldito Coronavirus) que tras dos años de parón nos encontremos ya, de golpe y porrazo, celebrando su vigésimo aniversario.

La tentación de echar la vista atrás ante tan redondo número nos ha llevado a conmemorar la efeméride, sin dejar de mirar de reojo a esta nueva edición que, no lo olvidemos, está en la cabeza de todos los fans – ¿por qué no decirlo?- un tanto ansiosos a estas alturas de mes. Y no es para menos: uno de los festivales más especiales del panorama ha sabido mantenerse todos estos años a base de calidad y sigue siendo capaz de mantener la expectación durante unos cuantos meses antes de su celebración.

Tratar de describir el festival y sus dieciocho ediciones en un artículo supone una tarea ardua, aunque no cejaremos en el empeño de dar unas cuantas pinceladas sobre el transcurso de los acontecimientos desde aquella ya legendaria edición de 2002 que tuvo lugar en la sala Azkena gasteiztarra, hoy llamada Jimmy Jazz. Pero, ¿y si nos centramos en como ve el fan el festival? Porque solo entonces podremos llegar a descifrar toda esta historia de celebración del rock and roll en sus más variadas facetas.

El Azkena es un evento cultural, social y simbólico que tiene lugar en unos determinados parámetros espacio-temporales: se celebra en la explanada de Mendizabala y suele durar dos o tres días, dependiendo de la edición. Aun así, no solo es algo que ocurra en un sitio y en unos determinados días del calendario. No creo que nadie se escandalice si afirmamos que el Azkena es un estado mental. Estaríamos hablando de un concepto no uniforme que sin embargo tiene la capacidad de unir a muchos tipos de sensibilidades enriquecidos a su vez con un sinfín de matices estilísticos y hasta litúrgicos. El Azkena es un factor aglutinador de una grandísima variedad de aficionados de lo que llamamos cultura rock, que año tras año se nutre sin embargo de estilos como el soul, el blues, funk, folk y toda una serie de estilos bien precursores o bien coetáneos del género.

Backyard Babies en ARF 2004 por Music Snapper

De acuerdo, tampoco nos pasemos afirmando el Azkena es una manera de vivir; ni siquiera creemos que se trate exactamente de una manera de pensar. Cuando termina el festival la masa de disgrega y tiene que hacer frente al día a día en contextos habitualmente bastante diferentes al que estamos aludiendo. Ya hemos hablado en otras ocasiones del concepto de “libertad provisional en un espacio provisional”, que no es mío sino que lo saqué de un testimonio de la película “Canet Rock” de 1975. Solo decir que 47 años más tarde dicha idea mantiene toda su vigencia. Ahora bien, ¿se trata de que al terminar el festival zanjemos el asunto con un “si te he visto no me acuerdo”? No lo creo, y ahí quedan toda clase de estudios sociológicos que demuestran que hay algo más.

Así que si el Azkena no es una manera de vivir ni de pensar, ¿de qué se trata entonces? El ARF, definitivamente, es una manera de sentir. Es una manera de sentirse en familia (con todos los matices que queramos hacer), de compartir un bien no material tan tangible como es el rock’n’roll, de disfrutar de tantos artistas nunca vistos, algunos de ellos reunidos para la ocasión, y sobre todo de descubrir grupos que nos hagan revivir la pasión de lo nuevo. El Azkena somos todos: los rockeros vascos que no nos podemos creer la suerte que tenemos de tener algo así en nuestra casa, los que vienen de distintos puntos del Estado, a veces recorriendo distancias verdaderamente lejanas; es el que va a venir por primera vez este año y que seguro repetirá; la que compra unos cuantos vinilos a las seis de la tarde y le quedan más de ocho horas de festival custodiando sus recién adquiridas reliquias; el que va a emborracharse y a pasarlo bien; las seguidoras que pueden ver por fin a su leyenda favorita, los que van en familia, los que duermen en el camping durante tres días o los que tiene la suerte de conseguir alojamiento, y tener la pasta para pagarlo.

ZZ Top en ARF 2015 por Rhythm And Photos

El Azkena es un factor aglutinador que viene de las revistas Popular 1 y Ruta 66, de los programas rockeros de la radio, de las instituciones que (viendo el éxito de la iniciativa) apoyan el festival con grandes subvenciones. Y sobre todo, perdónemme, de aquellos frikis que tuvieron la genial idea de crear todo este sarao y la capacidad de llevarlo a cabo. El Azkena, por fin, es su público; quizás el festival donde el público es más entendido, más conocedor, más fan de los artistas a los que va a ver. Llegados a este punto, obsérvese que todo lo comentado es extrapolable a la subcultura del rock and roll, con lo cual el silogismo alcanza su resolución: el Azkena es rock and roll.

Repasemos algunos puntos calientes de su historia, empezando por aquella primera edición (que fue una locura): fueron tres días en la sala Azkena, el 12, 13 y 14 de septiembre de 2002 - ¿os acordáis? antes el festi se hacía en septiembre...). Para haceros una idea de lo afinado que iba el cartel, nombremos por ejemplo a Backyard Babies, Sex Museum, Supersuckers, The Bellrays, Raging Slab, Mudhoney o Diamond Dogs. Aquella primera edición fue la única antes del glorioso traslado a Mendizabala, donde en su ceremonia fundacional actuaron nada menos que Iggy & The Stooges, Cracker, The Cramps, Ray Davies, Hellacopters... etc. Nótese que muy pronto el cartel se llena de leyendas mientras empieza a dar caña el Stoner Rock con Hermano, en una saga (la de Kyuss) que nos daría enormes alegrías en los siguientes años.

Carteles Azkena Rock Festival 2002-2004

Más leyendas se sumaron al año siguiente, con nada menos que los mismísimos New York Dolls, DKT/MC5 o Urge Overkill acompañado por un cartel ecléctico que ya era marca de la casa: los Fun Lovin’ Criminals, Mark Lanegan, Turbonegro, Mother Superior... 2005 fue el primer año que pudo acurdir un servidor, y desde entonces no he fallado. Hablemos, pues, de lo que hemos vivido: ese año y el siguiente no contaron con carpa, pero durante unos años (a partir de 2007) había un escenario grande y el segundo escenario se encontraba en una carpa con barra incluida. Inolvidable fue el concierto de los Sexty Sexers en 2007, cuando Joseba B. Lenoir se subió a la barra en un solo de guitarra matador que enardeció a toda la carpa.

2006 fue el año en que el festival dio el pelotazo en cuanto a audiencia, especialmente por la presencia de Pearl Jam, el pico más alto de los tres días. Ese mismo año se constituyó el Bilbao Live Festival, que en la edición siguiente pasaría a llamarse Bilbao BBK Live, cosechando un éxito tal que la propia supervivencia de nuestro festival favorito estuvo en entredicho. Por si fuera poco 2007 y 2008 contaron con otro festival, el añorado y Heavy Metalero Kobetasonik, que se celebraba en el mismo Kobetamendi. En cuanto al Azkena, el 2007, el año de Tool, fue un año modesto en cuanto a público, y lo peor es que aquello parecía el fin. El debate estuvo en la calle, en la prensa y en las instituciones. El festi de Bilbao se había convertido tan gigantesco que nos temimos lo peor. Afortunadamente nada de aquello sucedió, y el festival se consolidó por fin lo suficiente como para aparcar aquel debate.

Kiss en ARF 2010 por Rhythm And Photos

Si no nos equivocamos, existió una Carpa Rock entre 2004 y 2006, renombrado como Carpa DJ’s o DJ’s Carpa Rock a partir del año siguiente. Incluso el 2008 contó con nada menos que el Antikaraoke de Rachel Arieff. Fue al año siguiente, si no nos equivocamos, cuando empezaron los conciertos de mediodía en la Plaza de la Virgen Blanca, acto ideado para integrar el festival en la ciudad y que se ha convertido en evento imprescindible del mismo. El shock rock hizo su acto de presencia con Kiss y Alice Cooper, incluso el viejo Dylan cogió la guitarra y cantó de pie en la mejor actuación que le hemos visto; el mismo día Chris Isaak nos maravilló bajo la lluvia. Habían venido ya los Sex Pistols y los Hanoi Rocks, los Blue Cheer en uno de sus últimos conciertos, y Los Lobos triunfaron por todo lo alto. Los Black Crowes creando división de opiniones, y los Toy Dolls revolucionando la carpa.

Carteles Azkena Rock Festival 2005-2012

Hasta el 2008 se había celebrado en septiembre, aunque en ocasiones el primer día coincidió con el último día de agosto. En 2009 se celebró en mayo, y a partir de ahí hasta la actualidad, el mes elegido ha sido junio. Ozzy Osbourne nos visitó dos años seguidos (2011 y 2012), dándose la circunstancia de que el segundo debía haber sido un bolo de los Black Sabbath suspendido por el linfoma de Tony Iommi. En cambio, pudimos disfrutar un cartel titulado “Ozzy & Friends” con nada menos que el mismísimo Geezer Butler al bajo. Geezer repetiría en 2019 con Deadland Ritual. Siguiendo en 2012, los Status Quo y los Blue Öyster Cult liándola parda junto a los festivos Twisted Sister y The Darkness. Son tantos recuerdos almacenados, tantas vivencias que volvemos a recuperar consultando los carteles en la página web...

Sex Pistols en ARF 2008 por Music Snapper

Gov’t Mule es otro grupo que le viene como un guante al festival, el mismo año en que la vuelta de Smashing Pumpkins nos sumió en una gran decepción... Ya en 2015 nos pasó por encima un torrente llamado L7, nos maravillamos con la sensibilidad de Cracker y la fuerza bruta de Red Fang, en una edición donde pudimos disfrutar por última vez de nada menos que ZZ Top. Dusty Hill moriría en 2021, cerrando para siempre la leyenda de los tejanos. La reunión de Hellacopters nos golpearía el año siguiente, el mismo en que nos maravilló Imelda May, nos medio decepcionaron los Supersuckers y Lucinda Williams (ambos por debajo de su forma habitual, por no hablar de Danzig), y la descarga nostálgica de unos Who conservando bastante dignidad. John Fogerty arrasando literalmente el escenario grande en 2017, con grandes leyendas como Cheap Trick o The Cult intentando sacar adelante sus shows con desigual fortuna (nos referimos sobre todo a The Cult).

Azkena Rock Festival 2017

John Fogerty en ARF 2017 por Rhythm And Photos

MC5 volvía una vez más en 2018, una edición que contó con un Van Morrison más rockero de lo habitual, y con Man Or Astro Man? arrasando el escenario 3. Ay, el escenario tres... Este espacio auxiliar, situado cerca de la entrada, empezó siendo más bien modesto, hasta que fue creciendo año a año llegando a superar algunas de las actuaciones estelares de los espacios grandes. El tablado fue haciéndose más grande hasta convertirse en uno de los lugares más entrañables y con un público creciente edición tras edición, hasta congregar fácilmente a miles de personas. El tema del solape de los conciertos nos azotó entonces de manera inmisericorde. No recuerdo cuando fue, pero la oferta se multiplicó hasta hacer coincidir una serie de carambolas desgraciadas para el aficionado. Este año, con mucha pena, os adelantamos que no podremos asistir a la tres, ya que los dos grandes escenarios nos obligan a cubrir su mastodóntica oferta.

Carteles Azkena Rock Festival 2013-2022

Siguiendo con el 2018, una pletórica Joan Jett nos sacudió con sus Blackhearts en un arrebato Hard Rockero y Glam absolutamente estimulante. Siguiendo con toques glam, nada menos que Mott The Hoople en el escenario grande sorprendieron a más de uno. Y de glam (además de Hard y Punk Rock, se entiende) también se nutren los Turbonegro, que acudieron con el sustituto de Hank Von Hell (fallecido tres años más tarde) Duke Of Nothing, que nos convenció, tal y como pudísteis leer en la crónica correspondiente. El escenario Trashville (repasando los carteles parece que inaugurado en 2017) añadió más atractivo aún a una oferta ya de por sí absolutamente inabarcable. Reconvertido a partir de cierta hora en discoteca rock, constituye una sólida alternativa para los más fiesteros y ofrece un punto de vista interesante para los curiosos, en un recinto con bar y cómodos asientos para quien lo desee.

La última edición hasta el momento fue en 2019. Aquel año los Stray Cats reventaron el viernes, con unos B-52’s entretenidos y unos Corrosion Of Conformity sobradamente poderosos teniendo que tocar injustamente en el recinto tres. De aquella edición repetirán los Surfbort, quienes dejaron una grandísima impronta tanto en los aficionados como en los periodistas. Atentos, pues, al viernes 17 a las 18:20. El concierto promete y tiene el añadido de que esta vez lo hacen en el escenario dos. También repiten Morgan, a quienes se ha premiado con el escenario grande después de la exhibición del año pasado.

Joan Jett en ARF 2018 por Rhythm And Photos

La lista de grupos vascos empieza también a ser abultada, ya que contaremos con Delirium Tremens, Soziedad Alkoholika, JIEL (Joseba Irazoki eta Lagunak) o Vulk. Haciendo un breve repaso, observaremos que por aquí han pasado nada menos que Petti, Kuraia, Bide Ertzean, Hash, Sharon Stoner, Berri Txarrak, los ya mencionados Sexty Sexers, Sorkun, Audience, Atom Rhumba, Bizardunak, Lisabo, Willis Drummond, Soulbreaker Company, Arenna, Niña Coyote eta Chico Tornado, Cobra, Sumisión City Blues, Fetitxe o Tutan Come On, muchos de ellos ampliamente reconocidos por la prensa Estatal. Retomando nuestra alusión a la saga Kyuss, solo recordar algunos de sus exponentes en este, nuestro festival: Hermano en 2003, Queens of The Stone Age y Brant Bjork & The Bros en 2005, Eagles of Death Metal y Nick Oliveri and Mondo Generator en 2006, el mismo Brant Bjork en 2007, Kyuss Lives! en 2011, año en que volvió a tocar Q.O.T.S.A., Unida en 2014... Eagles of Detah Metal repitieron en 2015, ya (evidentemente) sin Josh Homme en sus filas, por lo que dicha actuación debería quedarse fuera de esta lista. En definitiva, un buen festival para el Stoner Rock, y no olvidemos que solo nos hemos centrado en la saga Kyuss! Este año también promete ya que nada menos que Fu Manchu toca en uno de los escenarios grandes.

The Black Crowes en ARF 2013 por Rhythm And Photos

Cada espectador tiene su line-up ideal, su grupo favorito, su edición favorita... y desde que empezaron los solapes, Su Azkena Rock personalizado. Escribir una crónica única que abarque todo lo en él acontecido se ha vuelto irrealizable, lo que da lugar a un sinfín de relatos complementarios y hasta enfrentados. Lo que sí podemos decir es que siempre recordarás la primera vez que vienes aquí, el impacto de un recinto asfaltado y limpio pero rodeado de zonas verdes, con puestos de ropa y de discos... y la ausencia de carpa de prensa, la cual si no estamos equivocados, solo estuvo disponible en los primeros años.

Volviendo a lo anterior, mi primer año (2005) me impresionó tanto como las explosivas actuaciones de QOTSA y Monster Magnet; y me maravilló Wilco, no así en 2019. Pero si tuviera que elegir solo dos momentos, uno de ellos sería el arrebatador show de Black Country Communion en 2011. Imaginaos la escena: el escenario grande ardiendo con nada menos que un Glenn Hughes pletórico a la voz y Joe Bonamassa afilando su guitarra, en uno de los mejores conciertos de nuestra vida. Y el segundo momento sería al año siguiente, cuando un country singer como Hank Williams III nos deleitaba con un interesante concierto hasta que llegó la segunda parte donde la mayoría se llevó una sorpresa: el arranque de una soberbia lección de Death Metal que espantó a gran parte del público, profundamente sorprendido y decepcionado. ¡Gran tipo este Hank III!

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