El objetivo del festival es claro y sencillo: permitir a bandas no profesionales tocar en las mejores salas de su ciudad con una producción y trato profesional y facilitarles mostrar su proyecto ante managers, bookers, editoriales, discográficas y prensa musical que forma parte del jurado en las grandes finales.
Por otra parte, los participantes que lleguen a la final podrán optar a grandes premios y recibir en cada directo quince fotos profesionales junto a la grabación de vídeo y audio de sus presentaciones.
Salas como Independance, But y La Riviera en Madrid o Salamandra y Apolo1 en Barcelona son escenario de multitudinarios conciertos en los que, unificando el público de las bandas participantes se consiguen audiencias entre las 400 y 1500 personas.

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