"La rueda", tal y como era conocida esta estafa, ya era bien conocida desde 2013, año en que la destapó públicamente el entonces presidente de la entidad Antón Reixa y en que comenzó la investigación que llegaba ayer a su punto álgido. De hecho, tal y como apuntan Ainara LeGardon y David García Aristegui en el recién lanzado -y fundamental- "SGAE: el monopolio en decadencia" (Consonni, 17), la denuncia del fraude por parte de Reixa habría sido una de las causas de su destitución al año y tres meses de ser elegido. En una entrevista que acaba de dar para eldiario.es deja claro, además, que el Ministerio de Cultura conocía perfectamente la situación y no hizo otra cosa que lavarse las manos.
El fraude funciona de esta manera: un autor toma una obra de dominio público, registra un arreglo de la misma con alguna modificación ínfima y consigue que se reproduzca en programas de televisión nocturnos con apenas audiencia y en frecuencias prácticamente inaudibles. Parece fácil, y en parte lo es. El número de modificaciones que hay que realizar para registrar un arreglo no está definido por ley y la SGAE es incapaz de revisar a fondo cada solicitud, por lo que confía en la declaración jurada del solicitante. Por supuesto, para que el engranaje funcione es necesaria la colaboración de empleados de las cadenas de televisión, que facilitaban esas obras a cambio no solo de un pago sino de parte de los derechos de esas mismas obras. De esa manera, parte del dinero que las cadenas pagaban a la SGAE acababa volviendo a las propias cadenas por ser titulares de las obras. La policía apunta, de momento, a Atresmedia, Mediaset, TVE, Telemadrid, Canal Sur, Aragón Televisión, Radio Televisión de Asturias, 7TV Murcia, Castilla-La Mancha Media, Castilla y León TV, ETB, Canal Extremadura, IB3, Canarias TV y TV3 por su implicación en "la rueda".
Y, para que quede claro, no hablamos de calderilla: los derechos que pagan las televisiones son con diferencia la principal fuente de ingresos, prácticamente la mitad del total, y de esa cantidad entre un 50% y 70% podría haber procedido de "la rueda". Para entender la magnitud del asunto, Reixa declaraba tras su cese en 2013 que 25 millones de euros habían ido a parar a manos de tan solo 11 autores gracias a esta práctica.
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