No es una sorpresa, ya que Young ya intentó dar un golpe en la mesa con Pono, un reproductor de alta fidelidad que pretendía combatir la baja calidad de la música en formato digital de los otros reproductores. Ahora va un paso más allá y se desmarca del streaming en un momento en que éste se alza como la nueva gallina de los huevos de oro para la industria musical, más cuando Apple acaba de entrar en el negocio dispuesta a todo.
Por supuesto, la sombra de la distribución económica planea siempre sobre estas decisiones, pero Young ha negado que fuera esa la razón, aunque sí ha reconocido que sus beneficios han bajado a causa de malos acuerdos firmados sin su consentimiento. De todas formas, es un hasta la próxima pero no un hasta nunca: ha reconocido que, ya que es la calidad musical (la peor de la historia de la radiofusión, dice) el motivo, si los servicios de streaming recuperan esa calidad que exige, está dispuesto a darles una oportunidad.
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