La carrera de Cancer Moon duró siete años, tiempo en el que llegaron a publicar tres discos en tres sellos diferentes -“Hunted By The Snake” (Polar, 1990), “Flock, Colibri, Oil” (Munster, 1992) y “Moor Room” (Radiation, 1994)- y a proponer una alternativa real a bandas contemporáneas de fuera de nuestras fronteras como Sonic Youth, Scientists o Thee Hypnotics. Ninguno de sus discos llegaron a convertirse en superventas alternativos, pero sí que consiguieron el apoyo entusiasta la crítica (básicamente el de las dos revistas especializadas de la época que prestaban atención al producto nacional, Ruta 66 y RDL) y la admiración de la siguiente generación de grupos, la de los Clavos, El Inquilino Comunista, Bach Is Dead / Beef, Penelope Trip y tantos otros que se miraron en el espejo de los bilbaínos.
Tras su mejor disco, “Moor Room” la aventura Cancer Moon llegó a su fin. Pero, como decíamos más arriba, eso no significó que Josetxo se alejara del mundo de la música. Por un lado porque permanecía al frente de uno de los locales con mayor tradición rockera en su ciudad, el Kafe Antzokia. Por otro porque desde ese momento arrancaría una serie de colaboraciones que le llevarían a introducirse en el estudio con bandas tan diversas como Le Mans, Chico y Chica, Single o Atom Rhumba. Precisamente la colaboración con estos últimos terminó por hacerse especialmente intensa, y dio en un disco en directo grabado precisamente en el Kafe Antzokia y en el que de la mano pasaban revista a una serie de clásicos de la Velvet Underground, Caetano Veloso o Jonathan Richman, entre otros. Desde 2006 Josetxo simultaneaba sus colaboraciones con un proyecto propio del que iban entrando y saliendo músicos, Josetxo Grieta, con un disco -“Reminder Of A Precious Life”- publicado por el sello belga Audiobot que conserva todos los guiños al rock oscuro, retorcido y experimental que caracteriza la carrera de Anitua. Rebuscando por la página web dedicada a Cancer Moon www.discoscrudos.com/cancermoon nos encontramos con un texto de Quique Viñuela publicado en Enero de 1995 en el fanzine “Harlem” que nos parece la mejor forma de decir adiós a Josetxo: “Antes de despedirnos Josetxo señala al cielo. Una pequeña nube cubre la luna, casi llena, difuminando su escasa luz. Quizás allá arriba, tras la nube, vivan genios como Roky Erickson, Cope o Barrett y Josetxo esté pensando en ir a hacerles una visita en cuanto tenga algunos días libres”. Un deseo que al fin ha podido hacer realidad.
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