El proyecto presentado en una propuesta conjunta entre ambas cooperativas y la sala de conciertos se enfrentaba entre otras gestoras, a la empresa organizadora del Festival Cruïlla. La propuesta de la sala Upload y las cooperativas Quesoni y L'Afluent es la mejor valorada, entre otros motivos, por adaptarse mejor al proyecto de las Casas de Cultura, y por presentar un buen presupuesto. Anna Cerdà i Callís es la coordinadora de este proyecto integrado por dos cooperativas y una sala de conciertos. Gestora y activista cultural, trabaja en el departamento de Exposiciones del MACBA desde 2005.
Club de clubs y uno de los principales epicentros de la música independiente en vivo de la ciudad, la sala Upload fue ganador del premio al mejor club de Barcelona en 2019, promueve festivales como Gambeat weekend, Barcelona Psych fest y el ciclo de conciertos al aire libre Picnic Beat. Dentro de su amplia y diversa programación, acoge también a clubes destacados de vanguardia y creatividad LGTBIQ+ como Maricas o de integración de la cultura africana moderna en Barcelona como Voodoo Club.
La Cooperativa Quesoni, con sede en el Vallès y Barcelona promueve festivales como el Say it Loud así como una oficina de management. La cooperativa está presente en varios espacios colectivos como La Comunal, l'Ateneu cooperativo del Vallès oriental, CulturaCoop o la Red de festivales de Catalunya. Por su parte, la cooperativa L'Afluent cuenta con una vasta trayectoria en la gestión cultural. Actualmente, es un proyecto asociado a la Fábrica de Creación – Fabra i Coats y colabora con diferentes proyectos del programa Cultura Viva del Ayuntamiento de Barcelona. Dentro de sus proyectos destacan la sala de conciertos VOL, la dirección artística del BAM o el ciclo de conciertos de los Vespres de la UB.
Este concurso, que se enmarca en el Plan de Derechos Culturales del Govern, tiene como objetivo que la sala se convierta en el nodo vertebrador del sector musical en la ciudad, trabajando en la creación, la exhibición y la formación desde la profesionalización, con una aproximación comunitaria que fomente la relación entre cultura y educación y los vínculos con los barrios en los que se ubica.
En las bases del concurso para gestionar el equipamiento también se valoraba que la propuesta potenciara una programación con un discurso propio y coherente, complementario a otras salas de conciertos de formato similar, y que apelara a todos los géneros musicales y generando diálogo entre la música y las demás disciplinas artísticas. La innovación en fórmulas y formatos, la capacidad para crear red con las fábricas de creación de la ciudad, con festivales, con entidades y con iniciativas culturales, formaban parte también del pliego de condiciones. De esta forma, según afirma el Ayuntamiento de Barcelona, este nuevo proyecto tiene voluntad de crear red local y circuito local e internacional de la mano de otros equipamientos que responden a la misma lógica de iniciativa público-privada.
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