GETO BOYS
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GETO BOYS

Redacción — 01-03-1999
Fotografía — Archivo

CONFESIONES

Si pensáis que decapitar una paloma de un mordisco o beberse los escupitajos que el público ha depositado en un zapato es lo más aberrante a lo que ha llegado la música moderna es que no conocéis a Geto Boys. Ninguna formación musical ha llegado tan lejos en materia de escatología. Criados en el peligroso distrito de 5th Ward, Houston -un verdadero infierno de asfalto que convierte a Compton en Pedralbes- Los Chicos Del Gueto deciden blanquear el dinero de la venta de crack como muchos otros gangstas: formando un grupo de hip-hop. Estamos en el 88 y la formación inicial la componen Dj Ready Red, Bushwick Bill -un freak de un metro veinte de altura con más mala leche que el Sargento de Hierro en el carnaval gay de Sitges- y dos tipos que enseguida son sustituidos por la bestia Scarface y el desequilibrado Willie D -capaz de soltar cientos de fucks en un par de frases-. Sus dos primeras aberraciones en formato Lp -«Making Trouble» y «Grip It On That Other Level» (Rap-A-Lot, 88,89)- pasan desapercibidas a pesar de contener algunos de los textos más duros y nauseabundos de la historia de la música. Es con el extraordinario «Geto Boys» (Rap-A-Lot, 90), obra capital del gangsta rap, cuando alcanzan los niveles de controversia deseados: los textos de ese disco son tan brutales -en «Mind Of A Lunatic» describen el asesinato y posterior violación de una chica- que la propia discográfica incluye una pegatina en la portada en la que advierte no hacerse responsable de las locuras que escribe el cuarteto. Algo tan inaudito como la posterior aberración perpetrada por nuestros héroes. En su siguiente disco -«We Can´t Be Stoped» (Rap-A-Lot, 91)-, Geto Boys deciden utilizar como portada una foto absolutamente abominable: Scarface y Willie D -vestido con una chaqueta tejana de color lila con ribetes- empujan la camilla del enano Bushwick Bill, que muestra orgulloso la herida que le produjo su novia en el ojo al pegarle un tiro a bocajarro. La instantánea es real y recoge el momento en que los dos psicópatas sacan al viejo Bushwick del hospital. Y desde esa cumbre que todavía nadie ha alcanzado, Geto Boys cayeron en picado: discos melifluos, espantada de Willie D –sin desperdicio su disco en solitario «I´m Goin´Out Like A Soldier» (Rap-A-Lot, 92)-, concesiones con la industria impensables en sus comienzos y lo que algunos llaman madurez. Lo cierto es que con el balazo en el ojo del bastardo de Bushwick terminó la edad de oro de una banda clave en la historia del hip-hop que, aunque sigue editando discos, hace mucho tiempo que ha perdido el rumbo y ha dejado de patear la odiosa moral norteamericana. Estéis donde estéis, brindo por vosotros. LO MEJOR «GETO BOYS» (Rap-A-Lot, 90)«We Can´t Be Stoped» (Rap-A-Lot, 91)

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