El disco se erige como un territorio común donde confluyen el cante jondo, el metal, el jazz y la electrónica, una fusión que la banda lleva desarrollando desde sus primeras apariciones y que ahora cristaliza en su obra más ambiciosa. Con una instrumentación densa, casi ritual, y una producción que combina crudeza y sutileza, Frente Abierto traza un mapa sonoro de gran profundidad expresiva.
El núcleo del colectivo lo forman Marco Serrato y Borja Díaz (miembros de Orthodox), el guitarrista Carlos “Choco” Pérez, el tocaor Raúl Cantizano y el productor David Cordero, responsables de articular un discurso que respira libertad creativa. A ellos se suman voces flamencas de primer nivel como Inés Bacán, Israel Fernández, Lela Soto, Ángeles Toledano y Sebastián Cruz, que aportan distintas texturas y tradiciones a un mismo pulso emocional.
Grabado principalmente en La Mina con Raúl Pérez, y completado en estudios como Desmodus Sound, El Bisonte y La Puerta, el álbum refleja el proceso de búsqueda y evolución que la banda ha mostrado sobre los escenarios de Roadburn, Canela Party, Tomavistas o Primavera Sound.
Con Guerra a todo eso, Frente Abierto reivindican el riesgo y la hibridación como motores de un nuevo tiempo para la música popular.

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