Tras ser diagnosticado con esclerosis múltiple, Brandão se refugió en la música, para expresar a través de ella un mensaje alentador de optimismo y vitalidad. El primer single —que tiene el mismo título que el álbum en sí— es, según él mismo cuenta, "una pequeña isla de esperanza, un poco de boogie", y en él encontró el empujón que necesitaba para seguir adelante. Además, esta no es la primera vez que tropieza y consigue volver a levantarse; de joven campeón de skateboard, tuvo que abandonar el deporte tras una lesión en el tobillo.
Empezó a hacer música mientras vivía en París, actuando en el metro y grabando encerrado en habitación temas y más temas. No dejó atrás su faceta de ermitaño hasta que vio los frutos de aquella especie de retiro musical; un álbum con su nombre y apellido, en el que prima un sonido recargado con toques de percusión antigua y sintetizadores al son de los que bailar. Dino Brandão recuerda un poco a alt-J o Django Django, y hay también algo de Tom Waits en su música. "Bouncy Castle" es su primer trabajo de estudio, y además de su lanzamiento tiene también entre manos un proyecto junto a la cantante Sophie Hunger.

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