Yo, menos de portero, juego de lo que sea
EntrevistasLo-Fidelity All Stars

Yo, menos de portero, juego de lo que sea

Joan S. Luna — 01-02-1999
Fotografía — Archivo

Las fronteras musicalesse van difuminando con una rapidez pasmosa. ¿Razones? Sociedadesmultiétnicas, afán investigador, tecnología adecuada,Lo-Fidelity Allstars... Pues bien, resulta que la electrónica, demomento, no siente los aguijonazos del mestizaje y la mixtura deliverada.Así que en La Pérfida Albión, marcada todavíapor las esquirlas de la explosión de la cultura rave, todos los pelanasdejan de soñar con ser Liam Gallagher y deciden vender su alma aNorman Cook.

Lo-Fidelity Allstars son una de las consecuencias de esteespasmo musical que ha desgarrado los límites estilísticosy ha descubierto la electrónica como un campo virginal e impolutosobre el que hacer las perrerías sonoras más inefables y alocadas.Este comando musical -un total de seis miembros- se ha hincado de hinojosante la sagrada imagen del sampler y ha rezado para que el espírituerrante de los Happy Mondays descanse en paz. Dos amores; dos problemas:dance y rock son palabras que al juntarse castañean como la dentadurapostiza del Papa. "Siempre nos preguntan esto. Nosotros nos hemos consideradotoda la vida una formación dance. No negamos en absoluto que nuestrosonido y nuestra imagen se acerca bastante al rock, pero toda la músicaque hacemos la grabamos con máquinas y, sí, utilizamos instrumentostradicionales, pero no tenemos guitarra eléctrica". El espírituraver es algo que en Inglaterra deja un calado muy profundo. Y en tiemposde ardor electrónico el deseo se colma rindiendo pleitesíaa la cultura de clubs; el morbo se busca en las mismas coordenadas, perova disfrazado de rockero. Así que las publicaciones musicales másimportantes de la isla, morbosas ellas, han querido compartir sábanascon el sexteto y para ello han apretado los botones de ensalzamiento desmesuradoy encumbramiento rápido. Y, cómo no, los primeros en profanarel tálamo de Lo-Fidelity Allstars fueron los de la magníficarevista The Face. Salir en las páginas de esta publicaciónes tocar el cielo. "Debemos confesar que cuando nos llamaron nos quedamosun poco sorprendidos. Y la verdad es que el reportaje para The Face fuemuy divertido; nos lo pasamos muy bien. De todos modos, no hay que darledemasiada importancia al hecho de aparecer en una revista. En Inglaterrano es muy difícil conseguirlo, así que tampoco es algo porlo que deberíamos estar emocionados y todo eso... Salir en The Faceno es para tanto". "How To Operate With A Blown Mind" (Skint/Sony,98) ha hecho temblequear los cimientos del panorama musical británico;eso es un hecho. Y aunque al pastiche de breakbeat, sampladelia, rock, popy psicodelia de su debut no sea la biblia electrónica que el NMEpretende vendernos, hay que admitir que alcanza momentos de auténticaovación -aunque, eso sí, quizás sean demasiado pocospara tanto revuelo. Es evidente que la estampa de Skint Records -label regentadopor Damien Harris que cuenta con Fatboy Slim, Cut La Roc, Hardknox o Danielsanentre otros- ha contribuido a la escaladada de Lo-Fidelity Allstars a lascumbres del coolness. "Damien nos vio en una actuación y legustó lo que hicimos. Teníamos una maqueta, de la que creoque no hemos conservado ninguna canción para el álbum, queenviamos a los sellos que más nos interesaban: Mo´ Wax, Ninja Tuney Skint. Y la verdad es que no podemos estar más contentos porqueel que nos ha fichado es el que más nos gusta". Ahora, con lasojeras de la euforia colgadas permanentemente del párpado inferior,estos seis amigos de nombres imposibles -Albino Priest, The Slammer, etc.-tan sólo tienen que apretar los dientes, cerrar los puñosy aguantar el bajón con la mayor entereza posible. Si salen vivosde los pantanosos terrenos del hype no nos quedará más remedioque postrarnos y saludarlos como la verdadera revelación que ahoranos dicen que son.

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