“How Deep Can a Tortoise Dig?” (Feitonacasa, 25) es un disco instrumental que no solo homenajea a Tortoise –la influyente banda de post-rock de los noventa–, sino que propone una forma de resistencia a través de la creación. “Me gusta pensar que es una metáfora: excavar para dejar una semilla, para plantar algo que pueda durar”, comenta Javier Méndez desde Montealto (A Coruña). XABGZ lleva más de veinte años editando música desde la trinchera del underground. Ha pasado por metal, ambient, electrónica experimental y minimalismo, con una constancia tan discreta como fértil. “Algunas cosas que hice hace años ahora me parecen más modernas que entonces”, confiesa.
"Algunas cosas que hice hace años me parecen ahora más modernas que entonces"
“Empecé con un PC montado por mí, con una latencia de dos días. Tocaba una nota y sonaba mañana. Editaba todo con el ratón”. El nuevo trabajo marca un punto de inflexión. Por primera vez, XABGZ se acerca a lo que él llama su “idea platónica de banda progresiva”. El resultado son 38 minutos instrumentales que suenan como si una banda real lo tocase. “Quería que pareciera natural, como si lo tocaran personas. Y, si quisiera hacerlo con músicos reales, tendrían que ser buenísimos”. Cada línea de bajo, cada batería virtual, está editada nota a nota, con una obsesión casi artesanal por la dinámica, el volumen y la imperfección humana. El título, como muchas otras cosas en su obra, nace de una mezcla de azar e intuición. “Busqué en Google esa pregunta y vi que mucha gente se la hace. Me pareció perfecto. Es un chiste, un homenaje. Y, además, no lo había usado nadie”.
Pero la referencia a Tortoise no es superficial. “Es un grupo que siempre me ha acompañado. El post-rock es como mi droga sin drogas. Es lo que escucho antes de dormir”. Junto a la banda de Chicago, XABGZ nombra también a Mogwai, MONO o Godspeed You! Black Emperor como bandas que han marcado su forma de entender la música instrumental, de crear atmósferas densas y emocionales sin necesidad de palabras. Todo el proyecto está atravesado por una imagen: la de un DJ infame pinchando en un tugurio vacío de un mundo postapocalíptico. “Siento que vivimos en una civilización colapsada. O a punto de estarlo. Y hago música como quien intenta preservar un resto de cultura, por si algún día le sirve a alguien”.
"Siento que vivimos en una civilización colapsada"
Entre la distopía y la pulsión humanista, XABGZ excava en lo que queda, dejando pequeños huecos que probablemente alguien pueda apreciar en este presente... o en algún futuro. Aunque fantasea con formar una banda real – “un ensamble, algo colectivo, no ‘la banda de Javi’”–, por ahora su camino sigue siendo solitario. “No tengo presupuesto para autogestionar un grupo, pero soy muy productivo. Antes de este disco publiqué otro... y lo borré a las 24 horas porque un amigo me dijo que era una mierda”. Y se ríe. La pregunta queda flotando ‘¿Cuán profundo puede cavar una tortuga?’ Quizá la respuesta no importe tanto como el gesto de excavar. De dejar algo. De plantar una semilla. De seguir, incluso cuando el mundo ya parece haber terminado.

Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.