Triste y sola estoy

"Seven Principles Of Leave" (Glitterhouse/Dock, 03) tal vez llegó demasiado tarde en el pasado 2003 como para despertar toda la atención que su sadcore ambiental merece. Con su segundo trabajo los de New York se convierten en legítimos herederos del legado 4AD.

Una ventana en un cuarto oscuro que muestra el vuelo de los pájaros. Iconos sencillos y perfectamente reconocibles desde la portada de un disco que esconde esa vieja inquietud, del recogimiento al escapismo. Soledad a voces, bien podría ser ese el título de "Seven Principles Of Leave", el último arañazo, también el más doliente y conmovedor, que nos ha dado un 2003 parco en operaciones a corazón abierto. Ante semejante disparo a bocajarro cabe la duda de qué es en realidad Julia Frodahl: ¿masoquista? ¿embaucadora? ¿otra artista que se enfrenta a sus cinco minutos de gloria por la vía del sufrimiento? ¿una joven lánguida pagada de sí misma?

 Tal vez el único miembro del colectivo Edison Woods sin el cual la banda carecería de sentido, recita al otro lado del teléfono y de alguna forma contesta a todas estas preguntas con apenas un hilillo de voz. “Comencé a escribir canciones hace unos años y progresivamente se fueron incorporando músicos hasta convertir Edison Woods en la pequeña orquesta que es ahora, en una colección de gentes que vienen de diferentes proyectos y que entran y salen del grupo. Por eso las canciones son muy dinámicas: cada vez que un miembro que entra y sale lo hace un instrumento diferente”.La historia de Julia Frodahl no parece muy distinta a cualquier otra. Su disco sí. De jugar a los espejos Edison Woods se mirarían en el estilizado clasicismo de conservatorio de Rachel’s, en los desolados pasajes del "Navigator´s Yard" de Dakota Suite. Su tristeza, impostada o no, ha sido tocada por la ingravidez que situaba a This Mortal Coil tres palmos por encima del suelo. Le digo atemporal y ríe. No sabe muy bien como salir del trance. “...es tan difícil describir la música en términos de tiempo. Nuestras canciones no vienen tanto de un momento como de un lugar. De dentro”. Le digo imágenes... y vuelve a dudar. “Mucha gente nos ha comentado que ha tenido experiencias muy visuales al enfrentarse a nuestra música, que ha disfrutado de ella porque ayuda a desarrollar su imaginación. Pero no sé si desde mi punto de vista puedo estar de acuerdo”. ¿Qué pasaría si le diéramos la vuelta? ¿Qué pasaría si te preguntara por aquellas imágenes en las que Edison Woods y Julia Frodhal os habéis reconocido? “Soy una gran amante del cine de Kieslowski y Tarkovski. Y creo que una de las razones por las que amo esas películas es porque he desarrollado una relación muy particular con ellas. De alguna forma intento recrear esos mismos sentimientos cuando escribo una canción. Quién sabe, tal vez cuando vi ´Azul´ o ´Nostalgia´ pasaron a formar parte de lo que yo soy ahora, de aquello en lo que me he convertido”. La conversación deriva en contradicciones a las que se enfrenta su segundo trabajo: el discurso cinemático frente a abstracción sonora, narración y emotividad. “Creo que con determinadas músicas, y pienso en Edison Woods, chocas en primer término con un componente emocional muy grande. Pero escarbando detrás de esa emoción hay historias, hay un elemento narrativo que resulta muy evidente en canciones como ´Like A Jewel´, que la música envuelve de fantasía. En cierto modo es lo que sucede cuando ves una película por primera vez: las siguientes harás un examen más analítico de la construcción de la historia, mientras que esa vez primera te dejarás llevar exclusivamente por la emoción y la empatía”. No es casualidad que tras los mandos de la nave se hayan situado Mark Van Hoen (Locust, pero también el hombre que diseñó el sonido de Seefeel y Mojave 3) y Alan Weatherhead (Drunk, Sparklehorse, Clem Snide...). Ni la aparición -tan anecdótica como sintomática de la posición que Edison Woods ocupan hoy- del Cocteau Twins Simon Raymonde, poniendo su guitarra al servicio de los de New York en el tema que cierra el álbum. “Mark consigue tratar el sonido de forma que lo esencial del grupo permanezca para envolverlo de una atmósfera mágica, aunque la aportación de Alan como ingeniero, con el que convivimos durante toda la grabación, también fue básica. Lo de Simon fue casual, pero para una fan de Cocteau Twins como soy yo tiene un significado muy especial”. Pasado, presente y futuro.