“Estamos muy influidos por la música pop, las canciones de la infancia; queríamos volver a encontrar todas aquellas sensaciones y emociones. ¿El inicio? Todo empezó como un juego, imitando los sonidos que amábamos. ¿La tradición musical francesa? Queríamos romper con ella, sí”. Elephanz son de Nantes, aunque bien podrían ser londinenses o neoyorquinos. La música del dúo respira tendencia y la transnacionalidad del pop bailable que ya gastaron compatriotas como Phoenix. Si bien ya hace un par de años irrumpieron en la escena gala con “Stereo” -resonando en radios y clubs, poniendo el listón alto- para el debut lo querían todo mucho mejor hilvanado. “Queríamos estar realmente preparados. Con las canciones y el equipo correctos”, responde John Verleysen desde la nube. Los temas ya los tenían de fábrica -marcados juegos de voces, chiclosas melodías y una lírica entre la ironía fina y la autoayuda-, y con el equipo no pecaron de humildes: Florent Livet y Aymeric Westrich acabaron de dar un “poderoso ritmo” al larga duración.
Es incontestable que estamos ante un disco de hits, saltos y postura posmoderna: ¿Lo comprometido del título? Sólo un espejismo… “Habla sobre la necesidad de dar un paso adelante, cambiar tus patrones habituales, el camino que tomaste cientos de veces. No hay mensaje político ni tenemos interés en ese tipo de música. Otro tipo de expresiones artísticas son más exitosas siendo políticas y geniales a la vez. Por ejemplo, el ‘Guernica’ de Picasso. Revolucionaria y bella forma de acusación”.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.